Por empuje, ímpetu y el respaldo de su público, el Globo cerró el campeonato con un triunfo de oro ante Vélez gracias al bombazo de su goleador, Matías Coccaro, que aprovechó la pena máxima sancionada por Falcón Pérez por la mano extendida de Valentín Gómez en su área.

A diferencia de otras épocas, no discutían quién es el sexto grande del fútbol argentino ni evocaban aquella histórica y polémica final de 2009 que terminó con triunfo para los de Gareca ante los de Cappa, sino que era el epílogo de un certamen para el olvido de ambos equipos que terminó con mucho mejor sabor de boca para los dueños de casa que la fecha pasada rompieron una racha de 15 sin ganar y este domingo lograron sellar su segundo triunfo al hilo. El elenco visitante, por su parte, registró la primera caída en los 90 minutos desde la llegada de Méndez y no logra levantar cabeza. 

Para entender la dinámica del juego, bastaba revisar la tabla: Vélez llegaba en la posición 25 con 27 puntos y Huracán en la 27 con 22 unidades, anteúltimo, sólo con Arsenal debajo. Por la necesidad de engrosar el promedio y de sumar puntos, la parcialidad local colmó el Tomás Adolfo Ducó y desplegó un show que incluyó pirotécnica de humo blanco y rojo, trapos y aliento ensordecedor. Tras el abrazo entre titulares y suplentes y la arenga del caso, los dirigidos por Diego Martínez salieron a imponer condiciones con un 4-4-2 flexible que se convertía en 4-3-3 cuando Gauto, su futbolista más dinámico, se soltaba por izquierda y acompañaba a Cóccaro y a Cordero.

Sebastián Méndez, consciente de la fragilidad defensiva de su equipo, volvió a apelar al 3-4-1-2, aunque los laterales-volantes Joaquín García y Francisco Ortega en realidad terminaban componiendo una línea de cinco defensores. La primera del partido se dio con una trepada de García al minuto y medio, pero Fernando Tobio terminó desactivando el remate que hubiera puesto en peligro el arco de Chaves. 

Precisamente el exzaguero de Vélez, que defendió siete años esa camiseta, estuvo muy cerca de abrir el marcador a los 23 minutos, pero Leonardo Burián le sacó un bombazo al defensor en lo que fue una de las atajadas del campeonato. Al rato Cóccaro probó de afuera con un disparo tímido y, sobre el final del primer tiempo, el uruguayo se sacó las ganas y -como contra Platense la fecha pasada- con un derechazo furibundo abrió el marcador de penal. Y así se fuera la primera etapa como había empezado la tarde: a puro aliento de la hinchada que parecía estar convencida de que el equipo necesitaba ese apoyo extra desde afuera para seguir cambiando la racha.

En el complemento, Elías Cabrera seguía haciendo las veces de conductor y desde su posición intentaba conectar líneas y darle mayor volumen de juego y creatividad a un equipo con anemia ofensiva. Más diezmado aún, tras las salidas de Lucas Janson a Boca y de Julián Fernández a la MLS. Tanto es así que ya se habla de que la secretaría técnica comandada por Bassedas estaría en tratativas para cerrar Braian Romero (exRiver, de último paso por Inter de Porto Alegre) y a Christian Bernardi (exColón, que llegaría con el pase en su poder tras la detección de una arritmia que había detenido su carrera).


Para sumarle un ladero en la generación, Méndez mandó a la cancha a Prestianni en lugar del errático Bou y sacó a Leonardo Jara, que seguía sin encontrar su lugar en el mediocampo, para que ingresara el también juvenil Thiago Fernández. Evidentemente La Fábrica, como se conoce a las inferiores de Vélez, sigue dando material, y de hecho acaba de ganar el campeonato de Reserva tras 28 años. Pero una cosa es foguear a los pibes y otras que ellos tengan que salvar al equipo. Algo que no vienen consiguiendo.

Huracán mantuvo su postura, sin desordenarse, con sus líneas bien cerca y sin dejar progresar a Vélez, que apenas intentó igualar las acciones con disparo de media de distancia de Castro y otro de Cabrera de tiro libre. Demasiado poco para doblegar a un equipo que, por momentos, tuvo a su arquero Chaves como líbero.

El partido fue la función de despedida de Diego Godín, que decidió retirarse como futbolista profesional. Y tal vez podría ser el último juego del codiciado volante Santiago Hezze, buscado por el fútbol europeo y brasileño. Las dirigencias de ambas instituciones tendrán que hacer movimientos estratégicos en el poco tiempo que queda para el comienzo campeonato. Para que ambos equipos puedan recuperar el brillo de años anteriores y para que sus hinchas puedan volver a ver la tabla desde la parte de arriba.


La barra brava de Vélez agredió a los jugadores

La derrota dejó secuelas en Vélez. Los futbolistas fueron interceptados por barras bravas al salir de la Villa Olímpica. Los agredieron de manera física y verbal, y las víctimas hasta habrían sido un par de los juveniles surgidos de las Inferiores.

Según se supo, alrededor de cinco autos de la barra ingresaron en el predio del conjunto de Liniers, se pelearon con el personal de seguridad y patearon varios vehículos. Además de varios empujones contra algunos futbolistas del plantel, también lanzaron varios golpes de puños.

Varios integrantes del equipo hablan de una “zona liberada” y expresaron que no quieren jugar más en el club tras lo sucedido por la noche.