"Al fratacho te lo mandé para arriba", le dijo Carlos Damián "Toro" Escobar a su ex novia. Así, le dejó en claro que ordenó matarlo porque estaba en pareja con ella, para dañarla. Más elocuente aún fue en esta frase: "Andá a llevarle flores al cementerio al amor de tu vida". Esas expresiones se revelaron durante el juicio oral que terminó con condena a la pena de prisión perpetua para Escobar, por el delito de femicidio vinculado. El preso de 36 años, cercano a Ariel "Guille" Cantero, fue sentenciado como autor intelectual del crimen de David Nahuel Amarilla, un albañil de 22 años. Según la investigación, la orden de darle muerte la emitió mientras estaba preso. La fiscal Carla Cerliani le endilgó la figura penal del femicidio vinculado o transversal por entender que el delito tuvo como finalidad "causar sufrimiento" a la mujer con quien el imputado había mantenido una relación previamente. En ese sentido, habló de un hecho "novedoso por la calificación legal". La de ayer es la primera condena por esa figura en la ciudad.

Escobar está señalado como uno de los laderos de "Guille" y en los últimos días su nombre cobró notoriedad por estar entre los protagonistas de la bandera desplegada en la cancha de Newell's, en la previa del partido homenaje a Maxi Rodríguez, que generó fuerte polémica. 

El juicio que terminó ayer tiene que ver con un delito cometido tras las rejas. A Escobar se le atribuyó encomendar a terceras personas la muerte de Amarilla, quien estaba en pareja con su ex. El hecho por el que fue condenado se cometió el 23 de mayo de 2019. Cerca de las 21.40, dos hombres se presentaron en la casa de Amarilla, en Ameghino y Necochea. Los atendió la madre de la víctima, a quien le preguntaron por el muchacho, que apareció en la escena y recibió tres impactos de bala de un arma calibre 9 milímetros. Los agresores se escaparon en la moto Honda Tornado en la que habían llegado. El joven falleció poco después en el Hospital Provincial. Los autores materiales no fueron identificados hasta ahora.

En rigor, quien llegó al banquillo fue el apodado "Toro". Uno de los elementos que presentó la fiscal Cerliani -en reemplazo de su par Marisol Fabbro que estuvo en la investigación- fueron audios de llamadas del acusado a su ex pareja, posteriores al crimen.

Tras una semana de debate, y con un fallo unánime, el tribunal integrado por Gonzalo López Quintana, Mariano Aliau y María Isabel Más Varela condenó a Escobar como instigador y lo declaró reincidente por segunda vez, ya que tiene causas anteriores. 

En ese sentido, la fiscal Cerliani destacó: "Este hecho es novedoso por la calificación penal. El femicidio vinculado o transversal tiene que ver (en este caso) con ordenar la muerte de una persona por tener un vínculo con una ex pareja", dijo sobre la calificación que fue incorporada en 2012 al artículo 80 -inc. 12- del Código Penal. Al mismo tiempo, la fiscal señaló que en el caso había "un contexto de violencia de género". También lo hace inusual que el asesinado sea otro varón, la pareja de la mujer a la que se quería "castigar" con el crimen. 

Tras el debate, la fiscal indicó que estaba probado que "la orden se dio desde una unidad penitenciaria, estando (Escobar) privado de la libertad". Al mismo tiempo, indicó que en el juicio se pudo dar cuenta de "la fungibilidad y disponibilidad de recursos" que  tienen algunos detenidos "para operar desde las unidades penitenciarias".  

Además de la pena ordenada ayer, el Toro -que estuvo en el debate por videoconferencia- cuenta con una sentencia de 2013, a 11 años y medio de prisión por el homicidio de Sebastián Soperez, cometido en agosto de 2010 en Villa Gobernador Gálvez. También, aparece como partícipe primario en la planificación de la balacera que resultó fatal contra el casino City Center, en enero de 2020, por lo que llegará a juicio con un pedido de pena de 20 años de prisión. 

Y cuenta con causas por narcotráfico en la Justicia Federal. Su nombre apareció también en una nota que quedó tirada en la escena del crimen de “Jimi” Altamirano, víctima "al azar" de un homicidio de febrero pasado, frente a una de las puertas del Coloso.