Era el partido más esperado por la gente y por los meteorólogos. El Team invierno vs. El Team verano. Un clásico de dos tiempos por primera vez enfrentados en un campo de juego.

La hinchada local, emponchada con tapados, frazadas y gorros de lana, le dio al Team invierno su fresco aliento, desde el primer minuto del partido:

Yo soy del frío desde que estaba en la cuna.

Al Team Invierno yo lo sigo adónde va.

Abrigados y con bufanda este año

A los calurosos los vamos a congelar.

Por su parte, la parcialidad estival quiso sofocar a los futbolistas locales con el grito de: “Pechos fríos”, y arremetió con cantitos como estos:

“Calor, mi buen amigo,

este verano volveremo’ a estar contigo.

Te alentaremos tomando sol,

en la pileta o con el ventilador.

No me importa lo que digan

del calentamiento global.

Vamos todos insolados,

nos encanta transpirar.

El combinado invernal, que jugó de local en el estadio Malvinas Argentinas, rompió el hielo con un frío disparo del delantero Invernizzi, y consolidó un dominio total desde los primeros minutos. Este frío dominio de las acciones le permitió congelar el partido y obtener el monopolio de la pelota. Tuvo en el juvenil Pablo Ventoso un soplo de aire fresco. Gracias a su movilidad y cambio de ritmo, y aprovechando la ventaja del clima actual, el mediocampo invernal prácticamente frisó a la delantera visitante y controló la temperatura del partido.

Tras un remate helado de Máximo Frías -un cabezazo cruzado apenas desviado-, sobrevino un disparo de tiro libre de Montehielo que perforó la red y dejó caliente al arquero visitante. Ese fue el único gol del encuentro. Nos dio la sensación térmica que el Team verano reaccionó en los últimos minutos del complemento, pero sus sofocantes intentos de golpes de calor, fueron vanos.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, la jornada se presentó gris, con un partido parcialmente nublado de emociones, un frente de ataque frío y una muy baja probabilidad de goles. Apenas hubo un par chaparrones aislados provenientes del conjunto invernal, que terminaron por nublar la defensa veraniega.

Para la revancha, a jugarse en enero en Jujuy, con una temperatura de 45 grados a la sombra, el pronóstico anuncia un clima denso, con un porcentaje de calentura superior a lo normal y fuertes precipitaciones de insultos, memes y provocaciones cruzadas y locura en leve ascenso.