"La ESMA fue un símbolo regional. Y tiene un poder simbólico hasta hoy, porque se acercan miles de ciudadanos de todo el mundo a visitarlo", señaló la directora del Museo de Memoria ESMA, Alejandra Naftal, al presentar la candidatura institucional para ser considerada como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco. La presentación tuvo un fuerte apoyo de España, que envió a su secretario de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, y también al expresidente de ese país José Luis Rodríguez Zapatero. Argentina busca que la ESMA sea reconocida como lo son el centro de exterminio de Aushwitz-Birkenau en Polonia, el Puerto Valongo en Brasil, ícono del mercado de esclavos, y la Isla de Robben en Sudáfrica, emblema de la segregación racial, entre otros sitios destinados a recordarle a la humanidad las atrocidades que puede cometer.

"Memoria Argentina para el mundo. Patrimonio del Nunca más". El sitio de memoria de la ESMA fue propuesto para ser uno de los monumentos históricos que forman parte de la lista de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. "Acá hubo un genocidio, acá hubo delitos de lesa humanidad y estos sitios y estos espacios de memoria son fiel prueba de eso", destacó el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, aludiendo a los centros clandestinos de detención que funcionaron durante la dictadura militar y que fueron transformados en sitios de memoria en todo el país. "Estos espacios --recordó-- están custodiados hasta el día de hoy porque son prueba para los juicios que se llevan adelante. Los argentinos estamos orgullosos de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia".

La candidatura de la ESMA como emblema simbólico de las prácticas que los militares desplegaron para sostener el genocidio en nuestro país comenzó a gestarse en 2015. Los pasos para llegar a obtener el reconocimiento son intrincados y lentos, por lo que la presentación debía cumplir todas las reglas exigidas por la Unesco: el acto realizado hoy en simultáneo, en forma virtual, desde la exESMA, en Buenos Aires, y la Casa América, en Madrid, formalizó la presentación. El camino sigue siendo largo, y el organismo internacional se expedirá en junio del 2023.

"La historia de la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica, con golpes militares, dictaduras horrendas, como la argentina, está aún por escribirse en la conciencia y en la memoria de muchos ciudadanos del mundo, y lo que es más decisivo, de muchos responsables políticos", aseguró el ex presidente español Rodríguez Zapatero, dirigente que estuvo cerca de las causas de derechos humanos en Argentina. "Es por eso que va mi apoyo y solidaridad con Argentina, que casi al mismo tiempo que España salía ansiosa a la democracia, después de años de ser un túnel oscuro, sufría la embestida de una dictadura militar, grotesca, sanguinaria, como fue la dictadura argentina", agregó Zapatero. "La comunidad internacional le debe a Latinoamérica y a sus períodos de dictaduras una restitución histórica y política, pero también moral ante la humanidad", señaló el dirigente español.

La presentación fue acompañada por un video en el que se mostró el trabajo por la memoria que construye el museo día a día. También refuerzan el pedido a la Unesco los testimonios de los sobrevivientes en los juicios por delitos de lesa humanidad, desde el juicio a la Juntas Militares hasta los que se abrieron luego de que se declararan nulas e inconstitucionales las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. 

Graciela Lois, integrante de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, recordó cuando debieron presentar junto a Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo, un amparo en la Justicia cuando el gobierno menemista pretendía liberar los terrenos de la ESMA para demoler las instalaciones. El amparo, quizás la piedra fundacional del sitio de memoria, señalaba que la demolición podía "borrar pruebas que permitan esclarecer cuál fue el destino final" de las víctimas, y apuntaba que "si se destruye la ESMA con ella se termina la esperanza de investigación, de conocer científicamente los porqué de ese método de exterminio de miles de vidas que condenó a los familiares a esperar en vano el regreso con la consiguiente tortura moral".

En la lista que Argentina intenta que se reconozca a la ESMA como Patrimonio Mundial de la Unesco, figuran lugares como Hiroshima, el Puerto Valongo de Brasil, uno de los primero mercados de esclavos negros, el campo de concentración nazi de Aushwitz-Birkenau, la Isla de Robben en Sudáfrica, emblema del apartheid y la discriminación racial, entre otros. El significado de la ESMA se proyecta aún más como símbolo de los planes genocidas que desplegaron las dictaduras en América latina a través del Plan Cóndor.

El pedagogo Pablo Gentili señaló en el acto que "la ESMA representa el valor moral del derecho a la defensa de la memoria, la verdad y la justicia de nuestros pueblos. Nos permitirá espejar nuestro pasado, entender nuestro presente y proyectar nuestro futuro". Por su parte y al finalizar el acto, el embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, destacó que "la búsqueda de la memoria es un imperativo moral. Hay quienes creen que lo que pasó no va a volver a suceder o quienes dicen que las nuevas generaciones ya no tienen el peso de la mochila de la dictadura en sus espaldas. Es como si a alguna persona de religión judía le digan que los que nacieron después del Holocausto no tienen el peso de esa mochila en sus espaldas", dijo, apuntando a la generación de conciencia ciudadana que implica la memoria histórica.