Para Gustavo Lopetegui, el problema con la torre 412 desde abril fue anecdótico, según la explicación brindada en la Cámara Alta. Sobre la obra en relación a esta estructura, sólo atinó a decir “Tardaron un poquito menos porque, por casualidad, ayer se volvió a conectar la nueva torre que reemplaza a la 412”. ¿Así que “tardaron un poquito menos”?

Técnicos de Transener identificaron los problemas con la torre 412 por primera vez en 2015. En efecto, en su Memoria de aquel año (publicada en 2016) se lee: "… se han emitido órdenes de compra para los trabajos de corrimiento de la estructura Nº 412". Evidentemente, la orden de compra nunca se efectivizó y los trabajos quedaron suspendidos. En la Memoria de 2016, leemos que “En el marco de las obras correspondientes a la Resolución SE Nº 1/2003, durante el año 2016, se continuó con el desarrollo de importantes ampliaciones a los efectos de brindar seguridad de abastecimiento al Sistema de Transporte, tales como los trabajos de corrimiento de la estructura Nº 412 de la línea 500 kV Campana - Colonia Elía en el cruce del Río Paraná Guazú…”. ¿Se continuaron los trabajos de la 412? En absoluto. En la Memoria de 2017, la mención a la susodicha torre fue un copy-paste del reporte anterior. Y en la Memoria de 2018, publicada este año, apareció en la sección “Perspectivas de Ampliaciones de la Red de Transporte” el siguiente texto: “Corrimiento de la Torre Nº 412 de la Línea 500 kV Campana - Colonia Elía. Provisión y montaje de una nueva estructura para desplazar el piquete Nº 412 de la línea Campana - Colonia Elía, ubicado a la vera del Río Paraná Guazú”. El estado de esta obra fue descripto en el mismo reporte como “en ejecución”. Mentira. Jamás se ejecutó. Pero, ¿a quién podía importarle una mísera torre? ¿Qué problema podría causar una mísera torre?

De su explicación podemos fácilmente deducir que el Secretario de Energía de la Nación mintió descaradamente, encubriendo su responsabilidad, como la del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), en lo que fue la peor catástrofe eléctrica de la historia argentina. Ni bien asumido, Macri decidió paralizar el Plan Federal de Transporte Eléctrico que, ejecutado por el Ministerio de Planificación, logró la mayor expansión de la red eléctrica de la historia de la República Argentina. Igual, por cierto, con lo sucedido con la expansión de la red de gasoductos troncales. La paralización implicó, además del abandono de la construcción de electroductos fundamentales en 500 kV (uno de ellos fue la línea Rincón de Santa María - Resistencia que hubiera podido evitar el colapso y que contaba con un 70% de grado de avance en 2016), la terminación de trabajos pendientes como los de la torre Nº 412.

Durante toda la gestión Cambiemos, Transener -que ganó fortunas multimillonarias y repartió dividendos sin control alguno- describió el estado de la obra de la estructura 412 como “en ejecución” en todos sus informes anuales. ¿La responsabilidad es de Transener o del Estado que no reguló, no sancionó y que dejó que esta empresa ponga en riesgo la seguridad energética nacional?

Una de las dos líneas del corredor NEA-Litoral-GBA, neurálgica para evacuar el despacho de generación hacia los centros de mayor consumo del país, presentó una seria vulnerabilidad durante los 36 meses que fueron entre 2015 y fines de 2018, más los tres meses y 18 días hasta el mes de abril de 2019 en el que, finalmente, comenzaron los trabajos. En el medio, el colapso eléctrico del 16 de junio. ¿Casualidad?

Según el Secretario, la máxima responsable es Transener, que olvidó reprogramar un sistema informatizado (DAG) para adaptarlo al bypass en la línea Colonia Elía - Belgrano, bypass que se suponía debía suplir la línea paralela con la torre 412 fuera de servicio.
Lo realmente sucedido con la “torre 412” fue ocultado por el Secretario de Energía y vergonzosamente minimizado para no verse obligado a presentar su renuncia, junto con las del presidente del ENRE y las de las autoridades de CAMMESA. Y ahora, a celebrar los argentinos y las argentinas porque la obra de la torre 412 tardó un poquito menos (sic) y porque el ENRE habrá de auditar a Transener y sancionarla, no pudiendo reconocer en la auditoria que la obra en cuestión sufrió hasta el 18 de abril de 2019 unos 3 años y 3 meses y medio de abandono, gravísima falta que el propio ENRE no quiso ver, pero que fue epicentro del desencadenamiento de la catástrofe eléctrica del 16 de junio.

Federico Bernal es Director del Observatorio de Energía y Tecnología (Oetec)