“Preso político” no es solo una categoría jurídica, es sobre todo una categoría política. No es una categoría histórica, congelada de una vez y para siempre, sino una realidad condicionada por los proyectos de dominación y los modos de resistencia popular. Pero algo se mantiene en el tiempo: es el bloque de Poder, el Poder Político Real sustentado en el Poder Económico el que (nos) pone en el lugar de perseguidos políticos por nuestras ideas, por nuestras acciones y/o por pertenecer a un proyecto político.

Y a los perseguidos políticos los difaman, los estigmatizan, los castigan de todos los modos posibles. Y les arman causas para encarcelarlos, incluso del modo más disparatado como algunas que hoy “prosperan”.

La persecución, los actos represivos homicidas y de violencia extrema, las detenciones y aún las acciones pretendidamente judiciales constituyen todas ellas una parte muy contundente de un plan internacional de remodelación colonial de las periferias capitalistas del sur de América. No perdemos de vista que buscan amedrentar, disciplina, castigar y aun vengarse de agravios reales o imaginarios que sienten haber sufrido en el núcleo del Poder.

Luchamos por la libertad de todos los presos políticos y no avalamos falsas divisiones. Todos los que el Macrismo persigue para consolidar el modelo, desprestigiar algún sector popular, desmoralizar a compañeras y compañeros, disciplinar, castigar, naturalizar la impunidad de ayer y de hoy, recibirán nuestra solidaridad por la violación de las garantías constitucionales y la persecución y estigmatización a los que lo someten.

La consigna de Navidad sin Presos Políticos es histórica. Proponemos que este año sea el momento de un gran reclamo por la libertad de todas y de todos. Se dirá que es un objetivo enorme y fuera de nuestro alcance pero como decía Bolívar ¡Lo imposible es lo que nosotros tenemos que hacer, porque de lo posible se encargan los demás todos los días!