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Domingo, 17 de abril de 2016
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Orden internacional para que una niña madre de 13 años vea a su bebé dado en adopción.

El prejuicio que causa la pobreza

Así lo cree la abogada Carmen Maidagan que llevó el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La niña fue instada a dar en adopción a su bebé desde que llegó a la maternidad Martín. Críticas al juzgado 5 de Familia y a la Defensora del Niño de Santa Fe.

Por José Maggi
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Maidagan: "Los niños deben crecer con su familia biológica".

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos le ordenó a la Argentina que garantice el encuentro de una niña madre de solo 13 años con su bebé, quien fue dado en adopción aún antes de nacer a una familia de muy buena posición económica y social, al entender que están dadas las situaciones de urgencia y de peligro en la creación de ese vínculo.

La abogada Carmen Maidagan criticó duramente el accionar del juzgado de Familia Nº 5, la Defensora del Niño y la Secretaria de Derechos Humanos de Santa Fe. "En ciertas autoridades se sigue creyendo que el niño está mejor en una familia de clase media alta antes que en una de clase baja, y ese criterio prima en momentos como este. Creo sin dudas que la pobreza sigue siendo el factor que pesa al momento de separar niños de sus familias" confesó Maidagan quien junto a Verónica Jotinsky defienden los derechos de la niña madre.

"Esta historia comienza con una niña que fue madre a los 13 años, y que desde que llegó a la Maternidad Martín, vio como no eran respetados sus derechos. Lo digo porque desde el comienzo orientaron a la niña a entregar a su hijo, en lugar de tratar de reforzar ese vínculo que es lo establece la legislación internacional. Esto es lo que nos marca la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que establece como pauta que los niños deben crecer con su familia biológica, que el Estado debe dar apoyo a los padres para que esto sea asi, y de no ser posible se debe ayudar para que crezca en su familia ampliada y si esto tampoco es posible, recién ahí los niños pueden ser separados de su núcleo familiar.

-¿Qué se hizo en este caso?

-En este caso se priorizó la entrega en adopción del bebé, supuestamente para proteger a la nena por su corta edad. Después que el bebé nace, y por orden judicial es entregado a una familia que estaba anotada en el Registro de adoptantes, pero la niña entra en una crisis subjetiva muy grande, porque quería conocer y ver a su bebé y se da todo un trámite judicial donde la nena y su madre tienen la posibilidad de intervernir, y no se les garantiza la asistencia letrada para que puedan exponer realmente su voluntad. Todo esto pasa hasta que la abuela me viene a ver a sugerencia de la psicóloga y como primer medida nos retractamos de cualquier consentimiento dado para que el bebé sea dado en adopción. Y pedimos que se le designe a la niña madre, un abogado, y por sorteo el juzgado la designa a la doctora Verónica Jotinsky.

-¿Cuál es su evaluación de este proceso judicial?¿Cómo obró la justicia de familia?

-La justicia obstaculizó el encuentro hasta que no le quedo otra alternativa que la de otorgarlo. Pero no es menos grave que la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe nunca contestó a su par de la Nación cuando fue consultada. Y seria importante que la provincia reconozca que está en deuda con la regulación del abogado del niño que se sigue dando a voluntad de los jueces. Esta niña debió haber tenido su abogado con quien hablar de forma privada y abiertamente con todas las garantías al momento en que le hacen firmar el primer escrito. La niña debió haber tenido derechos de poder saber las consecuencias de lo que estaba haciendo, saber que ella tenía derecho a decidir 'yo esto no lo firmo porque no estoy segura'.

-¿Cómo juzgaría el accionar de la Maternidad Martin?

-Actuó mal si juzgamos su accionar por los principios que establece la Corte Interamericana como la CIDH y la Convención de los Derechos del Niño. porque se debió privilegiar la forma en que se sotenían a esta joven mamá con su bebé, primero. Y si realmente la nena no podía sostener eso, buscar la forma de sostener ese bebe en su familia ampliada, porque acá había tías abuelas y bisabuelas que querían hacerse cargo de ese bebé. Toda esa gente fue excluida, porque la idea era presevar la voluntad de la nena, porque lo cierto es que esa voluntad no estaba, sino que fue forzada. Todo esto tiene consecuencias sobre la nena.

-¿Qué otros estamentos del Estado actuaron mal?

-En realidad la misma Maternidad Martin debió haber acompañado ese proceso. Acá lo que se hizo mal es: primero cuando se intentó que la Dirección de Niñez interviniera, pero con criterio dijo que no podía hacerlo porque no se puede entregar en adopción un bebé por nacer. Esa es una irregularidad de las más grandes que tiene el trámite. La que intervino erróneamente es la Defensora del Niño Analía Colombo, que es la que judicializa el tema y la que solicita la intervención del RUAGA (Registro Unico de Adoptantes), y pide que el bebé sea dado en adopción, cuando no es su función: su tarea es proteger a la nena. Todo esto sin perjuicio de que todos estuvieron convencidos de que esa era la voluntad de la niña, pero lo que ni dieron fue el espacio para que esta nena se expresara.

-¿Se concretó ese encuentro?

-Si, una semana antes del dictamen, en los primeros días de abril, se concretó el primer encuentro. Es que ante el pedido de explicaciones al gobierno nacional por parte de la CIDH, algunos reaccionaron. Ya tuvimos el segundo encuentro entre madre e hijo, la niña esta muy feliz de ver a su bebé que ya tiene un año y siete meses, mientras su madre solo catorce años.

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