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Viernes, 15 de abril de 2016

RED DE REDES

Doctora Amor

Desde las relaciones a distancia hasta la regulación de los gritos amatorios van las inquietudes que Martín Cirio responde vía YouTube. En clave Gasalla, con pelucones y saquitos de coctel, anima el oráculo sentimental
El consultorio de la faraona.

 Por Franco Torchia

“Me iba en remera en julio caminando hasta América porque no tenía ni $2 para dejar un abrigo en el guardarropas del boliche”: correcaminatas determinantes las que unían Parque Patricios con Palermo durante la crisis de comienzos de 2000 para Martín Cirio, hoy profesor de inglés y actor. La criatura detrás y delante de la serie de videos El consultorio de la faraona -más de 170 mil reproducciones youtuberas certifican su efectividad- fue un adolescente que combinó noches de sexo discotequero con charlas con su madre acerca de cómo invertir los únicos $10 diarios que tenían para comer ella, su hermano y él. Del tour por ese pasado inminente, de escritura desesperada y amigas inspiradoras, Cirio elabora ahora una catarsis que hasta lo tiene de protagonista de presencias en boliches. “El consultorio de la faraona nació de charlas con amigas que me hacían preguntas sobre sexo anal y oral… si te salen hemorroides”, cuenta Martín a los 31 desde Caballito, entre paredes blancas y pisos de madera. Ahí mismo es donde arma un set y ya montada de consejera, responde inquietudes surgidas de un espectro que puede abarcar el amor a la distancia, la preferencia por “personas feas”, la regulación de los gritos en la catrera y las virtudes de la asfixia. Preguntas sueltas en una bolsa de Coto que lee con ademanes televisivos. “Muchos me conocían antes por un blog de viaje La faraona. Estuve dos veces en Egipto, donde la homosexualidad es penada. Amparado en mi condición de turista era la reina, me cogía a todo el mundo y lo contaba públicamente”. Las consultas llegaron después del blog. Y más tarde llegó también Diario íntimo: otra versión internetera de sí, en la que Cirio relee aquello que escribía en cuadernos durante su primera putez. Siempre en femenino, lógico: “Además de gorda estoy pobre, porque me acabo de mudar. Quiero tener el abdomen chato, chato”, exagera, en clave Gasalla y Juana Molina, sus humoristas preferidxs. En sus shows, la faraona es prologada por la voz de la locutora Daisy May Queen y además de responder, premia a la mejor “voz de travesti” emitida desde el público.

¿Y qué te da internet?

-El personaje que inventé por un lado y mi diario personal por el otro me ayudan a sacar lo que soy. La mayor parte de mi vida la viví sin aceptarme. Esto para mí es una liberación. Si sintiera vergüenza con temas como la gordura o la imagen, no haría videos como los que hago.

Con lugar propio en la tradición de los consultorios sentimentales de revistas y con pelucones policromáticos, saquitos de coctel y anteojos de sol, está al tanto de efemérides y suele tener asistentes mujeres que, adrede, escenifican el rol de secretarias cosificadas o amas de casa desorientadas frente a esposos que las prefieren travas. “Si empezaste poniéndole un dedo en el culo a tu novio, lo más probable es que él termine subido a un par de stilettos reclamándote el brazo entero”, sentencia la consejera. “El peor plan del mundo para mí es Les Luthiers. Me gusta lo popular”.

Queda clarísimo.

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Imagen: Sebastián Freire
 
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