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Lunes, 19 de enero de 2015

OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.

Que vuelva Gendarmería o no

El socialismo tiene una encrucijada por delante: si pide que vuelva Gendarmería a la provincia admite que falló en la transformación de su propia policía. Pero si no pide que vuelva corre el riesgo de que los opositores y la propia interna del Frente Progresista le ganen en el terreno político, a luz del recrudecimiento de la violencia y la inseguridad en la primera quincena de este año. La foto de Binner en la playa.

 Por Leo Ricciardino

El senador nacional Rubén Giustinani, que fue de los primeros en pedir que la Gendarmería no se vaya de Rosario, pudo hablar personalmente del tema con el mismísimo Sergio Berni. Hace días, en un despacho en la Rosada y por gestiones de un amigo en común, ambos se encontraron y en esa reunión el senador nacional volvió a escuchar la andanada de críticas a la gestión de Hermes Binner respecto de cómo manejó a la policía provincial. Berni reiteró que el problema grave en Rosario "no es el narcotráfico sino el descontrol del delito común" al que debe dar respuesta la policía provincial. Con una espesa carpeta con documentos en la mano, Berni no dudó en señalar a la fuerza provincial como "una de las más corruptas de todo el país". Y recuerda que sanearlas "es tarea de la provincia, no de la Nación".

Giustiniani, que volvió a pedirle al funcionario el regreso de las fuerzas federales al territorio, ratificó el diagnóstico que había trazado públicamente días atrás y que le merecieron profundas críticas de parte del gobierno provincial y municipal: la nueva Policía de Acción Táctica no está lista para salir a combatir el delito en las calles. En una de sus primeras acciones terminó asesinando de tres disparos a un inocente que lavaba su auto un domingo a la tarde. Un pelotón de inexpertos armados que ahora ha sido puesto bajo la órbita de un profesional de probada experiencia como el comisario Adrián Forni, titular de la Tropa de Operaciones Especiales.

Pero el pedido de retorno de la Gendarmería a Rosario, de donde partió con un verdadero acto político montado por Berni para que se notara bien qué había hecho su Secretaría, qué había dejado de hacer la Provincia y por qué se iba del territorio; ha disparado un enrarecido escenario político. La oposición se queja de que dentro del propio socialismo en su feroz interna se está dando el principal debate de la cuestión y que por lo tanto se minimizan las consecuencias de esta discusión.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, ya había dicho que nunca "escuché una crítica tan dura al manejo de la policía en Santa Fe como la que hizo el senador Giustiniani". El candidato a intendente del Frente para la Victoria Roberto Sukerman se quejó de que "ahora resulta que ellos mismos son su propia oposición", y el concejal peronista Diego Giuliano fustigó el "espectáculo que dieron Berni y Fein peleándose por los medios cuando hay un tema tan delicado como la seguridad sin resolver". También el fin de semana, el candidato a concejal del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, habló descalificando a las "listas colectoras del oficialismo que se acuerdan de hacer oposición dos meses antes de la elección y después de los comicios terminan impulsando las mismas ideas". Como se ve, nadie quiere que le ocupen su lugar, ni siquiera los opositores.

Con matices, dentro del Frente Progresista hay otras posturas que suavizan sus dardos contra el gobierno provincial. En ese rango se ubica el pensamiento del candidato a intendente de la Coalición Cívica, Pablo Javkin, que optó por decirle a Berni que "la Gendarmería vino a Rosario para pacificar el territorio y bajar tanto los índices de homicidios como de delitos, y esa meta no se cumplió. Por eso debe volver". El propio candidato reconoce que la violencia en Rosario recrudeció en estos 15 días, desde que se fueron los efectivos federales de la ciudad, pero no menciona ni en una línea responsabilidad alguna del gobierno provincial. En ese punto se diferencia de Giustiniani, que es además su compañero de ruta en la interna del Frente Progresista.

Pero Javkin no es el único de la crítica selectiva. El mismísimo y explosivo Berni también elige: su blanco preferido es Binner y ahora la incluyó en su andanada a la intendenta Fein, pero sólo por la jefa comunal lo chuceó varias veces. Pero siempre, absolutamente en todas las ocasiones, Berni omite nombrar al gobernador con el que evidentemente ha trabajo una buena relación y hasta una amistad. Antonio Bonfatti le devuelve esas gentilezas y es por eso que no ha intervenido en estos últimos debates sobre el regreso o no de la Gendarmería.

Lo tapó la arena

En la provincia ya se conocía, pero cuando los medios nacionales le dan espacio, la cuestión es distinta. La fotografía del precandidato presidencial Hermes Binner junto a su joven novia María Sol Delgado, recorrió toda la Argentina y tuvo el impacto de un huracán en Santa Fe. Más allá del culebrón que siguió por las redes sociales de la mano de su anterior esposa, reclamando alimentos para su pequeño hijo y objetos de valor que aparentemente el ex gobernador santafesino nunca devolvió; el concejal Héctor Cavallero puso el ojo en el único lugar donde había que ponerlo desde el punto de vista político: El nombramiento con un alto cargo en la provincia de la joven politóloga que se robó el corazón de Binner.

La diferencia de edad, si está bien o está mal que Binner se haya mostrado en cueros, los celos y reclamos de su ex; son todos asuntos de la vida privada. Lo que importa es lo demás. Como dijo Cavallero (que fue el impulsor de Binner en el inicio de su carrera política) "si no cualquiera es galán con la plata de Juan Pueblo".

El concejal del PPS instó a los legisladores provinciales para que pidieran informes sobre las gestiones de María Sol Delgado representando a la provincia y cuánto gana y si tiene viáticos y autos oficiales a su cargo. El diputado Toniolli aseguró que esos informes ya fueron pedidos en su momento cuando se conoció en la provincia el nombramiento de esta joven de 36 años. Pero "nunca hubo siquiera una respuesta sobre esta cuestión. Siendo que Delgado tiene, según el decreto firmado por el gobernador Bonfatti, más atribuciones y poder que el propio vicegobernador provincial".

En su momento el hecho se conoció y divulgó en Santa Fe en distintos medios pero la oposición cree que Binner goza de algún tipo de protección mediática aquí. Hay que entender que en materia medios el país tampoco es federal y hay noticias que no tienen el impacto y la dimensión esperada hasta que no ganan las tapas o páginas de las publicaciones de tirada nacional. Es parte de una realidad.

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Imagen: Andrés Macera
 
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