no

Jueves, 21 de julio de 2016

SON DíAS DE FUERZA PARA ALUCINARIA

“En el under se sobreestima lo prolífico”

Mientras escapa de lo condescendiente, Pablo Comas dirige esta banda rosarina que fue de las violas a la Strokes a un obsesivo pop orquestal.

 Por Juan Barberis

“Me parece que hoy en el under se sobreestima la idea de lo prolífico. Hay bandas que sacan muchos discos pero no dicen ni proponen nada nuevo”, evalúa Pablo Comas, cantante, compositor y cerebro de Alucinaria, banda rosarina que acaba de publicar su segundo disco en diez años. Después de La última rotación del sol, su debut de 2012 propulsado por la corriente indie-rock de principios de siglo, se sumergieron durante cuatro años en la construcción de Días de fuerza, un disco de pop barroco que economiza en distorsión para llevarlos hacia un plano más psicodélico y orquestado. “En la etapa en la que se formó la banda éramos adolescentes y los Strokes estaban en boga”, dice. “Eso era lo único que podíamos tocar.”

Desde su inicio, Alucinaria fue una proyección de las ambiciones musicales de Comas, que siempre pareció maniobrar su música con una obsesión caprichosa y controladora. Esta vez, después de grabar las bases de estas 14 nuevas canciones con el resto de la banda –Federico Toscano en batería y percusión, Federico Oti en bajo y Pablo Giulietti en guitarra eléctrica–, el cantante fue invitando durante un lapso de dos años y medio a músicos de la Orquesta Sinfónica de Rosario para dirigir su música en dirección al pop de los ‘60, con discos de cabecera como Pet Sounds y Smile de Beach Boys y Rubber Soul de los Beatles. “Además, descubrimos el disco América, de La Perla Irregular, donde ellos también tenían reminiscencias de los ‘60 pero desde un lugar distinto. En algún punto eso nos legitimó el rumbo”, dice Pablo. “Nos gustó ver qué pasaba si a una banda de garage e indie de repente se le ocurría empezar a meter un corno francés en los temas y jugar a hacer pequeñas sinfonías pop.”

A la estimulación orquestada de Días de fuerza, con una importante presencia de violines, teclados y percusión, se le suman textos de tono naïf en donde Comas dialoga lateralmente sobre la pérdida y la cobardía entre lapsos instrumentales que encarnan la pompa de la épica victoriosa: “Ponerle ese nombre a un disco, sabiendo que las letras marcan lugares de mucho antiheroísmo, me resultó una paradoja cómoda y atractiva”.

En algún punto, por su confección retro elaborada en disciplina de laboratorio, el disco parece ser otro lenguaje de paso en el rastreo musical de Alucinaria. Comas ya lo está trabajando en su cabeza. “Me gustaría poder lograr que la banda haga pop de manera subversiva, que genere una transformación en quien la escuche”, explica. “No queremos hacer música condescendiente ni demagógica.”

Compartir: 

Twitter

 
NO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.