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Martes, 30 de agosto de 2016

CINE › GENE WILDER (1933-2016) FUE UN GRANDE DE LA COMEDIA ESTADOUNIDENSE

El único actor cómico del Método

El protagonista de El joven Frankenstein “era uno de los seres humanos más dulces y graciosos que haya conocido”, dijo su colega Jim Carrey. “Uno de los auténticos grandes talentos de nuestro tiempo”, completó Mel Brooks, que también lo dirigió en Los productores.

“No es cosa fácil estar en la cama con una oveja, especialmente si uno no la quiere poner nerviosa”, recordaba el actor, años después. Pero fue precisamente eso lo que Woody Allen le había pedido al bueno de Gene Wilder allá por 1972, para una de las escenas más hilarantes y recordadas de Todo lo que usted quería saber sobre el sexo y temía preguntar. “Era uno de los seres humanos más dulces y graciosos que yo haya conocido”, dijo ayer su colega Jim Carrey. “Uno de los auténticos grandes talentos de nuestro tiempo, bendijo con su magia cada una de las películas que hicimos juntos y me bendijo con su amistad”, completó Mel Brooks. El mundo de la comedia perdió a Gene Wilder, fallecido el domingo en su casa de Stamford, Connecticut, a los 83 años, de complicaciones derivadas del Mal de Alzheimer, que lo mantuvo alejado de los sets durante los últimos tres lustros.

Nacido como Jerome Silberman en Milwaukee, Wisconsin, Wilder se formó en el legendario Actor’s Studio y su célebre Método, aplicado por Lee Strasberg a partir de las enseñanzas de Stanislavski. En sus primeras apariciones profesionales, Wilder forjó su talento en Broadway, donde durante buena parte de la década del ‘60 hizo secundarios cada vez más destacados junto a figuras de la talla de Kirk Douglas y Helen Hayes. Paradójicamente, fue en una obra de la gravedad de Madre Coraje, de Bertolt Brecht, donde se decidió su futuro de comediante. En el elenco estaba Anne Bancroft, que por entonces ya salía con Mel Brooks, y Wilder se hizo muy amigo de la pareja, que lo alentó a mudarse a Hollywood.

Allí debutó en un papel pequeño pero descollante en Bonnie & Clyde (1967) -era el histérico enterrador secuestrado por la famosa yunta criminal– pero ese mismo año sería Brooks el encargado de ponerlo definitivamente en el mapa, con su primera película como director: The Producers, estrenada en Argentina como Con un fracaso... millonarios. Como el hipercinético Leo Bloom, Wilder obtuvo una candidatura al Oscar como mejor actor secundario y se dio el gusto de compartir cartel con una auténtica leyenda de la comedia, Zero Mostel. Bajo la tutela de Brooks, ambos componían a unos productores de poca monta, embarcados en una absurda trama de enredos en Broadway, un mundo que todos los involucrados en el film conocían de primera mano como para burlarse frenéticamente de él.

La asociación con Brooks continuaría en 1974 con otros dos éxitos, casi simultáneos y a cual mayor, Locuras en el Oeste y El joven Frankenstein. El primero era una sátira al mundo del western que se permitía todos los gags posibles, al punto de poner a la big band de Count Basie a tocar, vestidos de gala, en medio del desierto. Y la segunda, inspirada en el clásico de terror de la Universal, tenía a Wilder en la piel del nieto del infame doctor Frankenstein, empeñado en lavar el mal nombre de su abuelo en un pueblito remoto de Transilvania. Con Peter Boyle como el Monstruo y el inolvidable Marty Feldman como Igor, la película fue una de las comedias más celebradas de su época, para lo cual también contribuyó el talento de la delirante Madeline Kahn. De hecho, fue Wilder quien convenció a Brooks de hacer la película y quien se sentó con él a escribir el libreto, por el cual fueron nominados al Oscar de la Academia de Hollywood al mejor guión.

El tremendo éxito de El joven Frankenstein animó a Wilder a filmar su primera película como director, El hermano más listo de Sherlock Holmes, donde convocó a Feldman y a Kahn para acompañarlo en el protagónico e intentar repetir el logro de la comedia anterior, algo que no consiguieron. El fracaso no desanimó a Wilder, que volvió varias veces a probar suerte como director, siempre con él mismo al frente de los elencos, en ¿Qué clase de amante es éste? (1977), Luna de miel embrujada (1986) y el que sin duda fue su mayor logro, La chica de rojo (1984), con Kelly Le Brock. De su no demasida extensa filmografía, debe recordarse que Wilder se anticipó a Johnny Depp en más de treinta años cuando en 1971 protagonizó la primera versión del relato de Roald Dahl Willy Wonka y la fábrica de chocolate.

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Gene Wilder junto a Marty Feldman en El joven Frankenstein (1974), dirigida por Mel Brooks.
 
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