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Miércoles, 26 de marzo de 2014

CINE › MAñANA EMPIEZA LA SEGUNDA EDICIóN DEL FESTIVAL DE CINE TURCO

Para ver qué hay más allá del mercado

Hasta el 2 de abril próximo se verá en el Gaumont parte de la mejor y más reciente producción cinematográfica turca. Varias de las películas elegidas tocan temas sociales o políticos relevantes y habrá además charlas y seminarios alusivos.

 Por Diego Brodersen

A pesar de contar con una producción que oscila entre los 60 y los 80 títulos anuales, y con la excepción de un puñado de realizadores consagrados internacionalmente, en particular Nuri Bilge Ceylan y Zeki Demirkubuz –cuyos films han circulado en festivales y ciclos especiales locales–, el cine turco contemporáneo brilla por su ausencia en la cartelera comercial argentina. Como con tantas otras cinematografías ausentes, consecuencia de la lógica del mercado, el fenómeno del nuevo cine turco es virtualmente desconocido para la gran mayoría de los espectadores, incluso para los cinéfilos más encumbrados. La segunda edición del Festival de Cine Turco, que a partir de mañana y hasta el 2 de abril tendrá lugar en una de las salas del cine Gaumont, intenta paliar, al menos por una semana, esa falta de acceso a un cine que ha disfrutado un lento pero persistente renacimiento desde fines del siglo pasado, cuando los primeros largometrajes de Ceylan, Demirkubuz y otros realizadores como Semih Kaplanoglu, Yesim Ustaoglu y Reha Erdem (presente en el ciclo con su penúltimo film) comenzaban a circular por festivales internacionales y a tener cierta repercusión en la audiencia turca.

“El año pasado, en la primera edición, exhibimos seis películas de los últimos diez años, pero en esta oportunidad decidimos seleccionar solamente películas muy recientes, de 2012 y 2013”, aclara Ali Taylan, uno de los programadores y organizadores del evento. “Hemos visto unas 35 películas en total, de las cuales seleccionamos siete, y la mayoría de ellas han obtenido premios en festivales internaciones como la Berlinale, Venecia y Cannes. Obviamente, pensamos en el público argentino, en qué sería interesante para los espectadores de aquí.” Su coequiper, Serdar Vardar (como Taylan, turco de nacimiento pero afincado en Buenos Aires), agrega que “lo del año pasado fue una suerte de introducción, ahora la intención es ir acostumbrando al público argentino al cine turco. El énfasis está puesto en el cine independiente y no tanto en los films más populares; de hecho, son películas que no fueron éxitos de taquilla en el país, pero sí tuvieron mucha repercusión internacional. Asimismo, varias de ellas tocan temas sociales o políticos relevantes, que muestran una realidad del país”. Este puñado de films llega a las pantallas porteñas en momentos en los cuales Turquía está presente en las páginas de los diarios por la reciente decisión del gobierno de Recep Tayyip Erdogan de prohibir a sus habitantes el acceso a la red social Twitter, apenas un ejemplo de los conflictos sociales que está atravesando el país.

De los siete largometrajes que serán exhibidos, a razón de uno por día y siempre a las 20, en el cine Gaumont, Hayatboyu (traducida para la ocasión como Para toda la vida) es uno de los que más impacto internacional han obtenido. Presentada en sociedad el año pasado en la Berlinale, la segunda película de Asli Özge se centra en un matrimonio de clase acomodada de Estambul –artista conceptual ella, famoso arquitecto él– que está atravesando la fase final de un proceso de progresiva desintegración, luego de varias décadas de convivencia. Con ecos nada equívocos del cine de Michelangelo Antonioni, el film va narrando, desde el punto de vista de la mujer, el ahogo emocional de una pareja que parece haber llegado al final del camino. Es a partir de la sospecha de una traición amorosa que el personaje de Ela (notable trabajo actoral de Defne Halman, quien estará de paso por Buenos Aires para presentar el film) comienza a plantearse la posibilidad de un cambio de rumbo en su vida.

Otro drama intimista, formalmente muy distinto de Hayatboyu, Araf (Purgatorio) ubica su historia en un pueblo de la región de Anatolia, en el cual un puñado de personajes parece habitar en una suerte de limbo cotidiano. Zehra vive con sus padres y trabaja a tiempo completo en un restaurante de paso en una parada para camiones en la ruta. Es precisamente allí donde conocerá a Mahur (la superestrella turca Özcan Deniz, aquí en un rol atípico para su habitual figura de galán y cantante), un hombre bastante mayor que ella con el cual se iniciará sentimental y sexualmente. La realizadora Yesim Ustaoglu (también presente para acompañar la proyección del film), una de las más encumbradas representantes de la nueva ola cinematográfica de su país, narra con precisión y con un particular ritmo la relación entre esos y otros personajes, sin perder de vista el contexto social y la estructura familiar que los moldea, empuja y aliena. Araf cuenta con un notable trabajo de fotografía y un ojo atento a los detalles, además de una secuencia cerca del final –cuando el film abandona el psicologismo para entrar de lleno en el terreno del melodrama– no apta para estómagos sensibles.

Jin, de Reha Erdem, se acerca a una problemática sensible en Turquía: la situación de los kurdos, un pueblo de casi cuarenta millones de habitantes sin Estado ni gobierno. La protagonista es una jovencísima guerrillera que, a poco de comenzado el film, abandona a su grupo para iniciar una difícil travesía llena de peligros. Con referencias al Malick de La delgada línea roja –que pueden anticiparse en la primera secuencia, donde el devenir de la naturaleza es súbitamente atravesado por la violencia de los disparos y las bombas–, Jin atraviesa campos, bosques, montañas y poblados como si de un cuento de hadas hiperrealista se tratara. Si bien la película de Erdem cae finalmente en un tono biempensante, simplificando los pormenores de una temática compleja, su inclusión en el programa permite acercarse a un tema muy poco conocido por estas latitudes.

Pero tal vez el más extraño de los títulos incluidos en el Festival de Cine Turco sea Sen Aydinlatirsin geceyi (Iluminarás la noche), de Onur Ünlü, quien entrega una pequeña saga de amor, pasión, odio y venganza en un tono de realismo mágico con dejos subielescos. El título remite a una línea de un soneto de Shakespeare, y hay ciertamente algo de trágico en la historia de su protagonista, un hombre de unos 30 años con serios problemas psicológicos que, sin embargo, posee un don particular: la capacidad de ver a través de las paredes y, eventualmente, de poder atravesarlas sin demasiado esfuerzo. No es el único personaje con capacidades especiales, ya que en el mundo de Iluminarás la noche todos son capaces de algún prodigio, en un film en el cual puede adivinarse más de una metáfora sobre la vida en la Turquía contemporánea. El programa del Festival de Cine Turco se completa con los largometrajes Zenne, de Caner Alper y Mehmet Binay; Güzel Günler Görecegiz (Mejores días), de Hasan Tolga Pulat, y Kuma (La segunda mujer), de Umut Dag, y se llevarán a cabo además una serie de actividades especiales: charlas, seminarios, sesiones de preguntas y respuestas luego de las proyecciones y el concierto de una banda formada por músicos argentinos y turcos.

* Festival de Cine Turco

Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635. Del 27 de marzo al 2 de abril, a las 20.

Entradas: público general $6; estudiantes $4; jubilados $3.

Programación completa, días y horarios: http://www.cineturco.com/

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Iluminarás la noche, de Onur Ünlü, una pequeña saga de amor, pasión, odio y venganza.
 
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