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Viernes, 5 de junio de 2015

SERIES › SENSE8 ES LA PRIMERA SERIE DE LOS HERMANOS WACHOWSKI

Identidad, género y visiones en una conexión sin fronteras

Los creadores de Matrix desembarcan en la pantalla chica con una historia y una producción ambiciosa: ocho personajes de distintas ciudades del mundo de pronto se encuentran conectados entre sí. Y, claro, hay quienes quieren eliminarlos.

 Por Roque Casciero

Desde DF

Durante unos segundos, parece como si el infierno se hubiera desatado dentro del Centro Cultural del México Contemporáneo, cerca de la plaza Santo Domingo del Distrito Federal. Un tipo vestido de charro entró con dos pistolas y empezó a los tiros contra varios que respondieron al fuego. Ante los ojos de Página/12, vuelan pedazos de antiguas esculturas mayas y aztecas que están en exhibición y la piedra se mezcla con la sangre y el plomo. El charro hace una cabriola para despachar a los últimos dos, justo antes de que alguien grita “corten” y que todo el mundo sonría por una escena bien llevada a cabo. Al lado de la steady cam está Lana Wachowski; su hermano Andy mira los monitores en otra parte de la locación. Los creadores de Matrix y Cloud Atlas están en México para filmar Sense8, la serie televisiva que idearon junto J. Michael Straczynski (guionista de Babylon X y Thor) y que dirigen con James McTeigue (V de venganza). Y el patrimonio histórico está a salvo: las estatuas dañadas eran pura utilería.

Sense8, que desde hoy estará disponible en Netflix, es la serie más ambiciosa que se haya realizado hasta el presente. En principio, porque fue filmada en diez ciudades de los cinco continentes, en un esfuerzo de producción y logística no apto para... casi nadie. Pero además porque su historia involucra a ocho personajes principales que, de un modo aparentemente fortuito, empiezan a estar conectados entre sí pese a vivir a miles de kilómetros de distancia. Y a ritmo de thriller –a veces desbocado, incluso–, el programa cuestiona varios aspectos sobre la moral, el machismo, la soledad, la diversidad y el amor. Todo comienza cuando Angel, protagonizada por Daryl Hannah (Kill Bill, Blade Runner), se suicida para evitar ser capturada. Esa escena traumática aparece de repente en la mente de ocho personas (los “sensates”, de ahí el juego de palabras del título de la serie) tan diferentes como las ciudades en las que viven.

Lito, el charro de los tiros, es en realidad un actor mexicano de telenovelas (encarnado por el español Miguel Angel Silvestre), que se pasea con bellas mujeres ante las cámaras para ocultar que es gay. Riley (Tuppence Middleton) es una islandesa que huyó de su hogar y es DJ en el submundo de Londres. Sun (Doona Bae) es la hija de un hombre de negocios y se ve atrapada en una estafa hecha por su hermano, pero también es una estrella ascendente en el kickboxing underground en Corea del Sur. Capheus (Aml Ameen) es un colectivero de Nairobi que está desesperado por conseguir medicamentos para su madre moribunda. Y de pronto, sus mentes se cruzan con las de un policía de Chicago, un ladrón de diamantes de Berlín, una científica de Bombay y una bloguera política de San Francisco. Los persigue un grupo liderado por el siniestro Whispers (Terrence Mann), pero los ayuda Jonas (el iraní Naveen Andrews, conocido por Lost), a quien acusan de terrorismo aunque es parte de una camada anterior de “sensates”.

“Al principio, la serie ubica claramente a cada personaje en su medio ambiente, pero estos incidentes empiezan a ocurrir más frecuentemente y durante más tiempo, en una suerte de progresión”, explica el productor Grant Hill (Matrix, Cloud Atlas), durante una rueda de prensa de la que participa Página/12. “Y lo que en el inicio era una visión en común, crece hasta convertirse en la posibilidad de ver a través de los ojos de los otros. Por un lado, luchan contra angustia que les provoca eso que les pasa y que desconocen, y les dicen que tienen enfermedades mentales porque es algo que sale de la nada, pero con el progreso de la serie descubren que no son los únicos, que hay otros que pueden ver por sus ojos. Mientras esto sucede, hay un grupo muy amenazador que trata de encontrarlos y asesinarlos. A través de las visiones se dan cuenta de que son ocho, pero no saben si eso es todo o hay más que eso. Y tienen algunas experiencias que les demuestran cuán en riesgo están. Así se dan cuenta de que están bajo amenaza.”

Brian J. Smith, el actor que protagoniza al policía Will, recurre a la música para comparar a Sense8: “La pienso como una fuga, como si fueran ocho melodías una sobre otra: por momentos una cobra preminencia, luego decrece... La parte de la fuga de Will es que es un policía del sur de Chicago, que es una parte muy dura de la ciudad. Su padre es una figura muy estimada pero trágica del Departamento de Policía de Chicago. Encima de eso, Will tuvo experiencia a los 8 años que fue devastadora para su familia, especialmente para su padre. Es algo con lo que ha batallado y tratado de manejar, e hizo un trabajo bastante bueno hasta que empieza a tener estas visiones de otras personas en otras ciudades. Y, por supuesto, todo el mundo piensa que enloqueció”.

Will es quien encuentra la iglesia abandonada de Chicago donde Angel se suicidó, hecho que despertó la conciencia de los “sensates”. “Soy una suerte de madre de facto del grupo, ellos tienen como unas visiones de mí continuamente y con la evolución del programa se entiende por qué mi muerte era necesaria”, explica la actriz Daryl Hannah. “El grupo empieza a comprender quiénes y qué son cada uno de ellos y a tratar de entender estas visiones que todos comparten.” Al principio, Kala y Wolfgang sólo se ven entre sí, aunque ella esté en Bombay y él en Berlín. “Ella es una creyente, es una chica que trata de hacer lo que su familia cree que está bien”, describe Tina Desai, la actriz que la interpreta. “Va a casarse con un hombre al que todos consideran maravilloso, hasta que sucede algo increíble en su vida. Es una científica que trabaja en la industria farmacéutica pero es muy obediente de su familia.” El joven alemán está encarnado por Max Riemelt Wolfgang, que describe así a su criatura: “Nació en una familia criminal y es especialista en abrir cajas fuertes. Tiene secretos muy oscuros y ésta es su motivación para vengarse de su propia familia. Es como un mundo especial, muy oscuro, y así está representado Berlín en la historia”.

Tal vez el personaje más rico de la historia sea Nomi, una mujer trans que vive con su novia Amenita en un loft de San Francisco. Nomi es bloguera política y trabaja en seguridad informática para grandes compañías. Cuando tiene un desmayo durante una de sus visiones, se descubre internada contra su voluntad por su madre (quien la llama Michael y la trata como hombre) y el médico le dicen que tienen que operarla del cerebro. “Básicamente, lobotomizarla”, informa Jamie Clayton, la actriz trans que obtuvo el papel (ver aparte). “Vivimos en un mundo en el que hay gente que no entiende lo que significa estar en una relación del mismo sexo. Espero que algunos vean a Nomi y Amenita, y piensen ‘ey, está bien, se aman’. Ese es el punto: el amor conquista todo. Hay tanto amor por la humanidad en el programa y en cada uno de los ocho... Van a poder ver cómo expresan su amor a los demás, a sus amigos, sus familias... En el caso de Nomi, resulta ser una mujer. Y eso es increíble. Además, tienen una cosa muy sexual y muy caliente... Uy, me estoy poniendo colorada”, se ríe.

Un error en la Matrix

Los Wachowski se hicieron mundialmente famosos con Matrix y, aunque las dos películas siguientes de la saga no estuvieron a la altura de la primera, establecieron una manera de narrar en la que los efectos generados por computadora resultan incluso más esenciales que los diálogos. “Fue la primera película que tuvo un alto impacto en mí, en mi época de secundaria”, recuerda Smith. “Era el modo en que mi generación quería experimentar la narración de historias. Y jamás imaginé que iba a poder trabajar con la gente que llevó eso a la pantalla.” Sin embargo, no hay nada de eso en los doce episodios de Sense8. “Cuando empezamos me sorprendió lo distinto que era esto a lo que han hecho antes: no hay CGI, no hay pantalla verde; esta es una historia realmente terrenal acerca de las relaciones entre las personas, la identidad y la naturaleza interconectada global. Es muy copado verlos salir del campo de la ciencia ficción hacia algo tan basado en las emociones”, afirma el actor.

“¿Quién no quiere trabajar con directores y creativos de esa magnitud?”, plantea Alfonso “Poncho” Herrera, el actor mexicano que encarna al novio oculto de Lito. “Ha sido un verdadero placer. Los Wachowski son personas muy generosas, tanto en el set como afuera de él. Tenerlos ahí dirigiéndote no es algo que te pasa todos los días. Sin embargo, cuando estás con ellos se quitan las etiquetas, las jerarquías y son parte del equipo de trabajo.” Todos los actores destacan, además, el modo en que cada ciudad aparece en pantalla, trabajado para que rápidamente sean el reflejo del “sensate” que la habita.

Hannah es la más experimentada del elenco y filmó bajó las órdenes de grandes directores como Quentin Tarantino y Ridley Scott. Por eso cobra más valor cuando elogia el trabajo y la forma de ser de los Wachowski. “Lana y Andy trabajan de modo simbiótico”, describe. “Son re ‘sensates’ el uno con el otro: no necesitan discutir ni preguntase nada, con sólo mirarse ya se entienden y se ponen en acción. Se balancean entre sí y adoptan diferentes roles. A Lana le gusta estar más cerca del operador de steady cam para ver el movimiento de la escena. Y muchas veces no da indicaciones, simplemente las cosas funcionan de un modo intuitivo. No tengo el vocabulario suficiente para describir lo divertido, creativo e inspirador que es trabajar con ellos. Lana y Andy son medio tímidos, pero tienen un brillo emocional increíble, una introspección profunda, una intuición especial. Son artistas, así de simple.”

A esa mirada adhiere Clayton: “Ellos saben qué quieren y cómo mostrarlo. Crean arte y de una manera muy específica: no están haciendo un programa de televisión sino arte, que va a perdurar, con cierta estética muy particular. Su forma de dirigir es muy generosa y muy específica. Como actriz, no podría pedir nada más, porque en esa especificidad que tienen hay mucho espacio para jugar. Pueden llegar a cambiar todo el mobiliario o la iluminación porque Lana vio algo que no había visto antes, y de repente hay que hacer las cosas distinto. Para mí ha sido una experiencia fabulosa ser un peón en ese juego de ajedrez”.

Conexión global

Hill cuenta que cuando se juntó con los Wachowski se plantearon que la serie mostrara “lo compleja que es la vida de una persona a través de una deconstrucción”. “En el proceso de descubrir estas visiones, queríamos ver cómo son las vidas de estas personas y que cada uno pudiera ir como descubriendo las capas de la cebolla. Uno de los temas es cómo nos vemos a nosotros mismos, el concepto de realidad: hay un mundo muy complejo y denso ahí afuera. Creo que Netflix entendió incluso mejor que nosotros cuán de estos tiempos es la temática, con un mundo que está cambiando y con un miedo que está creciendo en todas partes, ya sea al terrorismo, a las enfermedades, a temas políticos... No es que podés tener tu vida al margen de estas cosas sin que te afecten; al contrario, querés saber más sobre ellas, y la información está disponible de inmediato y por diferentes fuentes.”

Las sociedades en las que viven los “sensates” son violentas y ellos están involucrados en eso. Para Smith, es un signo de los tiempos trasladado a la pantalla. “Estábamos filmando cuando se hicieron las protestas en Ferguson, Missouri (por el asesinato de un civil perpetrado por un policía), y en Estados Unidos nos estamos haciendo muchas preguntas sobre nuestra relación con nuestra policía. Y hay algo extrañamente del presente en el modo en que Lana y Andy escribieron acerca de un policía que empieza a cuestionarse su propia relación con gente a la que persigue.” El actor va más allá en su mirada sobre el programa: “También trata sobre cómo sería que no haya separación física, mental, espiritual e incluso sexual entre dos personas. Si ambos experimentaran lo mismo, ¿serían reflejos el uno del otro? Esa es una temática muy budista, así que me resulta muy copada porque puedo aplicar algunas cosas de mi vida espiritual al trabajo...”

“Siento que perdimos la capacidad para entender que nuestro ‘enemigo’ es un ser humano, lo mismo con alguien con sexualidad distinta a la nuestra o que viene de otra ciudad –continúa Smith–. Y este programa intenta decir que no podés destruir la vida de alguien cuando sentís su dolor como propio. Pero Sense8 también tiene suspenso, acción y una calidad de filmación tremenda que va a hacer que la gente quiera ver un episodio tras otro. Tiene todo un costado intelectual muy rico y desafiante, pero también podés sentarte a disfrutarlo como thriller.”

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Un Angel en Nairobi: Hannah es la visión de los “sensates”.
 
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