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Martes, 23 de febrero de 2016

CULTURA › ARTE POR LA PAZ DISTINGUIó A ESTELA DE CARLOTTO

Símbolo de la lucha pacífica

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, integrante del colectivo, recibió un prendedor realizado por la artista Albertina Tozzini como homenaje a su labor de parte de otros miembros: León Gieco, Raúl Porchetto, Rubén Andón y Laura Kornblihtt.

 Por Cristian Vitale

Miembros del colectivo Arte por la Paz hicieron entrega ayer de un hermoso predendor azul, verde y rojo –los colores de la organización como símbolo de la lucha por la no violencia en el mundo– a otra de sus integrantes: la Abuela de Plaza de Mayo Estela de Carlotto. El breve y emotivo acto se realizó en la recepción de la sede de Abuelas, en la calle Virrey Cevallos, y contó con la presencia de los músicos León Gieco y Raúl Porchetto; el fotógrafo Rubén Andón, la artista plástica Laura Kornblihtt y el directivo de Página/12 Hugo Soriani. “Qué linda sorpresa, qué belleza, qué bonito, miren”, se entusiasmó Carlotto ante el prendedor construido con tres piedras preciosas: malaquita, lapizlázuli y ojo de gato, obra de Albertina Tozzini. “Qué buena idea, precioso... Qué honor, siempre que vienen ustedes es para cosas buenas”, se deshizo en elogios la presidenta de Abuelas, ante el regocijo indisimulable de la comitiva. “Siempre pienso en esto del Arte por la Paz, es muy necesario lo que se hace”, expresó la anfitriona, en una de las cabececeras de una distendida mesa de café.

“Yo hablo con los cuadros, que para mí es el lenguaje más claro. Sólo digo que el arma de la paz involucra muchas otras cosas, aparte del trabajo, la libertad, la alegría y eso se está viendo en la participación colectiva de los artistas hoy. Es una herramienta de lucha por la libertad”, dijo Kornblihtt. Por su parte, Porchetto hizo hincapié en el carácter internacional y necesario del colectivo. “Es algo que está pasando no sólo a nivel nacional, sino también a nivel mundial. La violencia es una construcción de poder y me parece que lo mejor que le podemos dejar a las generaciones nuevas es cambiar el estado de conciencia desde la paz. Ya todos tenemos experiencia y en la medida que podamos darle esto a los chicos es casi una acción moral, revolucionaria, de construcción diferente. No importa de quién, de qué sexo o partido, sino el hecho de hacer las cosas bien. De construir a través de la paz, porque no sólo una guerra es violencia. Por eso, hoy, en un mundo donde la construcción es desde la violencia, lo más revolucionario que podemos dar desde nuestra organización, es desde la paz. Por la importancia de la construcción de Estela y las Abuelas, desde ese lugar , porque han soportado las cosas más terribles. Que ella esté para nosotros es un regalo de la vida, porque lo de ella no es discurso, es acción. Estela le da un sentido a Arte por la Paz, porque su acción de vida ha sido así”, se extendió el cantautor nacido en Mercedes. “El arte busca lo sublime del ser humano, por eso articular la paz desde una acción artística, de derechos humanos o de justicia social, hoy es más que significativo.”

Otro de los que se expresaron, por supuesto, fue León Gieco, que hizo hincapié en una anécdota de Peter Gabriel, en el festival de Amnesty International, el día que bailaron Madres y Abuelas en River. “Gabriel dijo que la paz es algo demasiado importante para dejarla en manos de los políticos, así que somos los artistas quienes tenemos que hacerlo. Y vamos a seguir con Arte por la Paz, que no sólo se hace en la Argentina sino que existe en casi todos los países del mundo. A mí ya me invitaron para hacer cosas por la paz en Colombia y en México”, sostuvo Gieco.

“La palabra paz tiene un significado enorme, porque algunos hablan de la paz de los cementerios y yo creo en la actividad de la vida, de la paz, de la presencia, de la acción”, expresó de modo informal Carlotto. “Y creo en ponerla en práctica en todos los actos cotidianos; no solamente en una circunstancia, sino en todas. En todo lo que significa la relación con el otro, la ayuda, el entendimiento, el acompañar y el ser solidario. Todo esto forma parte de una sensación de paz y de dignidad para la raza humana. Será que yo nunca tengo ese otro sentimiento contrario, que es el odio, porque felizmente no lo conozco. No siento odio ni revancha ni deseo de venganza; todo eso anula la palabra paz, que no es inercia ni mirar pasar la vida, sino meterse en ella, hacer cosas, construir. Ustedes saben cómo fue mi vida y siempre digo algo contradictorio: ‘gracias a la vida’, porque dejo algo, porque no pasé en vano ni me quedé sentada mirando qué hacía el otro para criticarlo, sino que hice yo; equivocándome o no, pero hice. Entonces, decir de este dolor ‘gracias a la vida’ parece absurdo, pero es lo que siento. Y eso me da paz para seguir, sumar, agarrar manos. Entonces, esta idea me maravilló desde un principio”, dijo Carlotto, que justamente estaba con Porchetto cuando apareció su nieto Guido.

“Estela no es una artista frustrada, como dice. El gran arte que maneja, todos logros, es algo artístico”, agregó el fotógrafo Andón, ya con la, presencia de Rosa Rosemblit, vicepresidenta de Abuelas que se sumo sobre el final, mientras que Gieco, como es habitual en él, metió la última perlita: “Por lo pronto, los regalos, los premios y los reconocimientos que hay en esta sala son todos artísticos: esculturas, pinturas, canciones... Ah, y otra cosa que quería decir respecto de la paz. A veces son tratados y los tratados los firman los políticos, no los artistas, porque imaginen que un tratado entre Estados Unidos y Cuba se lo dieran a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Bob Dylan y Bruce Springsteen... ¡ya estaría firmado! Y se acaba el quilombo”, cerró León con un entusiasmo vital.

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Tozzini, Andon, Gieco, Kornblihtt, Porchetto y Carlotto en emotiva reunión en su homenaje.
 
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