SOCIEDAD › LA NIñA LAYLA APARECIó MUY DESMEJORADA EN UNA PLAZA DE FLORES

Un final feliz para la historia

La adolescente había desaparecido al regresar de la escuela, el pasado 22 de octubre. Los padres reclamaron públicamente desde entonces. Tras varios allanamientos, ayer la niña habló a su madre por teléfono y a la tarde apareció en una plaza de Flores.

Sorpresivamente, la adolescente Layla Nayeli Sainz Fernández, que había desaparecido el jueves 22 de octubre, fue encontrada ayer en una plaza en el barrio porteño de Flores “desmejorada, como en una situación de abandono y con hambre”. Por el caso y durante el fin de semana, se llevaron a cabo dos allanamientos en Capital Federal y uno en la provincia, que para fuentes cercanas a la familia “podrían haber movido el avispero”. Antes de su desaparición, otros intentos de secuestro y acercamientos vía Facebook a distintas chicas alertaron a las familias de la villa 1-11-14 sobre la seguridad de las adolescentes.

La joven de 13 años que era buscada por su familia desde hacía más de una semana fue encontrada ayer en una plaza de la calle Avellaneda y Donato Alvarez. “Sabemos que apareció en una plaza, con hambre y deshidratada. En este momento le están haciendo los estudios médicos, pero afortunadamente ya está con su familia”, dijo a Página/12 Hernán Cortiñas, docente de la Escuela Normal Nº 4 a la que asiste Layla. Tras su aparición se acercó la Policía Metropolitana al lugar y luego comenzó a actuar la fiscalía.

En tanto, fuentes cercanas a la familia indicaron que a partir del viernes pasado, cuando la Justicia aceptó a los padres de la adolescente como querellantes, se llevaron a cabo dos allanamientos en la Ciudad de Buenos Aires y otro en la provincia, una serie de acciones que “podrían haber movido el avispero”.

Además, señalaron que ayer por la mañana Layla llamó a su madre, Neyva, y que luego apareció en la Plaza El Angel junto a tres personas que también se encuentran en la fiscalía en calidad de testigos. “Calculamos que la encontraron a partir de que hizo la llamada”, indicó la fuente, y señaló que Layla “estaba desmejorada, como en una situación de abandono y con hambre. Pero faltan las pericias médicas”.

El último contacto de la niña había sido el jueves 22 de octubre, cuando ella estaba conectada a Internet alrededor de las 14.30 desde un cibercafé en la calle San Juan, de la Villa 1-11-14, barrio en el que vive junto a su familia. Desde ese momento, su entorno familiar y educativo comenzó una intensa búsqueda. El viernes pasado, los padres de la niña se presentaron en los tribunales de Comodoro Py para que les aceptaran ser querellantes en la causa de su hija, reclamaron que se avance con la investigación y denunciaron amenazas para abandonar la búsqueda.

Ayer, padres, familiares y amigos de la adolescente dieron un abrazo a la escuela a la que concurre y realizaron un corte en Perito Moreno y Varela. “Ya sabíamos que habían encontrado a Layla, por eso celebramos con un abrazo que está viva y volvimos a pedir que se terminen estos casos”, dijo a este diario Macarena Riquelme, de la Red de Docentes, Familias y Organizaciones. “Por nuestra parte, seguimos acompañando a nuestras alumnas, escuchando y denunciando lo que les pasa, porque estos casos son muy frecuentes y las chicas tienen miedo de hablar, están en pacto de silencio para proteger a sus familias”, añadió la docente, para quien “claramente estamos frente a una red de trata”.

Antes de la desaparición de Layla, se dieron al menos cuatro situaciones de intento de secuestro o de aproximación a jóvenes adolescentes que alarmaron a las familias del barrio.

De esos cuatro casos, uno consistió en un frustrado secuestro en el que una niña de 12 años fue obligada por tres jóvenes a bajar del colectivo y luego amenazaron con violarla en un descampado. La nena logró zafar y escapó. La familia de la nena realizó la denuncia en la Fiscalía Nº 3, aunque al momento no fue citada a declarar.

Los otros tres episodios sucedieron a través de Facebook: un perfil se contactaba con las chicas y, al principio, las trataba con amabilidad, aunque luego les pedía fotos personales sin ropa. Después, la persona les daba a entender que las estaba vigilando y las amenazaba. Las denuncias de los casos de contacto en la red social fueron presentadas también en la Fiscalia Nº 3, que logró identificar algunos de los autores de las amenazas.

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Los padres de Layla reclamaron públicamente y realizaron marchas y abrazos a la escuela.
 
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