SOCIEDAD › LOS PADRES DE ANGELES RAWSON DECLARARON ANTE EL TRIBUNAL

Ultimas horas de la víctima

Alguien atendió el celular de Angeles Rawson cuando desapareció, recordó su madre ante el tribunal. Para la defensa del acusado, Jorge Mangeri, fue un “dato revelador”. El padre de la chica dijo que ella hubiera resistido un ataque.

En el tercer día del juicio oral por el crimen de Angeles Rawson, su madre, María Elena “Jimena” Aduriz, recordó, conmovida, cómo se enteró de la muerte de su hija y contó que alguien atendió el celular de la joven la noche del día en que desapareció, cuando, preocupada porque su hija no regresaba de la clase de inglés, la llamó para saber dónde estaba. El padre de Angeles, Franklin Rawson, recordó que su hija era “dulce” pero que “se hubiese resistido” si alguien hubiera intentado atacarla. “No era sumisa, hubiera tratado de escapar y luchar”, aseguró. Por la mañana, los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9, la querella y los abogados defensores del ex portero Jorge Mangeri habían participado de una inspección en el edificio de Ravignani al 2300 donde vivían Angeles y su familia.

Por la tarde, durante la declaración ante el tribunal, la madre de Angeles recordó que el 10 de junio de 2013 su hija debía regresar a las 21.15, luego de su clase de inglés. “Le mando un mensaje de texto a las 21.30, no contesta. Y a las 21.40 la llamé al teléfono, el celular sonó, alguien contestó y después cortaron. Después daba apagado”, recordó Aduriz. Hasta ayer, en la causa solamente constaba que ese llamado fue respondido pero por el contestador, no por una persona. Durante la instrucción de la causa, el celular nunca pudo ser hallado, pero la investigación determinó que el aparato nunca salió del radio de Palermo. Para el defensor de Mangeri, Adrián Tenca, que Aduriz contara eso fue un “dato revelador”, y dijo que “habría que investigar desde dónde se atendió”.

Recién al día siguiente, por la tarde, supo que su hija había sido encontrada muerta. “Entró mi prima con la cara desencajada y dijo que habían encontrado un cuerpo, que no estaba confirmado, pero tenía el uniforme del colegio. Salí y me di cuenta de que era ella porque lo escuché gritar a mi hijo Jerónimo. Me di cuenta de que era ella y me caí al piso”, contó entre lágrimas. Luego, fue a reconocer el cuerpo. “Estuve ahí, haciendo lo que se hace en una morgue. Estuve con ella un ratito, acomodándole el pelo y dándole besos.” Antes de eso, en las horas que duró la búsqueda, recordó, llamó a personas, entre ellos a Mangeri, quien no la atendió.

Aduriz contó, también, que Angeles “se cuidaba las uñas”, y tras una pregunta del fiscal Fernando Fiszer explicó que durante la investigación se halló una uña de la chica en el auto de su pareja porque se le había roto la semana anterior. Durante la instrucción, las pericias establecieron que bajo las uñas de Angeles había material genético de Mangeri, que también presentó lesiones compatibles con rasguños defensivos, pero la defensa del ex portero cuestiona la validez de esa evidencia.

A su turno, y luego de haber participado, por la mañana, en la inspección al edificio de Ravignani, Franklin Rawson contó que hasta la muerte de Angeles tenía en buena consideración a Mangeri, porque “el vínculo era muy bueno”. El portero “era respetuoso con su trabajo. Muy servicial. Hizo en nuestro departamento un trabajo de pintura”, recordó el padre de Angeles. Cuando se enteró de que bajo las uñas del cadáver de su hija fue hallado ADN del encargado, recordó tras una pregunta de su abogado, Pablo Lanusse, sintió “mucha sorpresa”. “No lo podía creer. Hoy no sé cómo describir lo que siento. Todo lo negativo que puede sentir una persona lo siento ahora.”

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Franklin Rawson, padre de Angeles, participó de la inspección en el edificio de Ravignani.
Imagen: Télam
 
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