EL PAíS › CARTA DE ESCRITORES, ILUSTRADORES Y TRABAJADORES DE LA LITERATURA INFANTIL

Cuando disparan a un chico, disparan a todos

Por el ataque a los niños de Los Auténticos Reyes del Ritmo, autoras y autores de textos e ilustraciones de la literatura infantil y juvenil por un lado, y maestras y maestros por el otro, se autoconvocaron en redes sociales para manifestarse. El viernes pasado, un pequeño manifiesto convocó a Ema Wolf, Márgara Averbach, Silvia Schujer, María Teresa Andruetto, Liliana Bodoc, Diego Javier Rojas, Mario Méndez, Andrea Ferrari, Adela Basch, Iris Rivera, María Wernicke, Isol Misenta, Paula Bombara, Pablo Bernasconi y Ana María Shua, entre muchos otros, tras la declaración titulada “Cuando le disparan a un chico nos asesinan a todos”. “No a la violencia contra la niñez y contra la pobreza. Los firmantes, escritores, ilustradores y trabajadores de la literatura infantil y juvenil, queremos expresar nuestro más profundo repudio a los hechos ocurridos el pasado viernes 29 de enero en la villa 1-11-14, cuando integrantes de Gendarmería Nacional dispararon a mansalva contra un grupo de personas que formaban parte de una murga, entre las cuales había chicos y adolescentes que resultaron heridos. Exigimos que se identifique a los responsables, se los aparte de sus funciones y se los juzgue como corresponde”, reclamaron los autores, que invitaron a sus colegas a colaborar con textos y dibujos (ver aparte).

También docentes porteños se autoconvocaron virtualmente. “Maestros y maestras de la Ciudad de Buenos Aires expresamos nuestro más profundo repudio a los gravísimos hechos de violencia cometidos por integrantes de la Gendarmería Nacional quienes avanzaron y dispararon a mansalva contra niños y niñas de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores (...) hiriendo a varios de ellos, provocando estupor, dolor, angustia. Nos preguntamos ¿por qué a ellos? ¿Por bailar en la murga? ¿Por estar acompañando a sus padres? ¿Por ser inocentes y estar desarmados? ¿Por qué esa violencia?”, señalaron en el breve documento que cerraron con la transcripción del Principio II de la Declaración de los Derechos del Niño, acerca de la protección especial que debe serles garantizada.


Calles Cuna, por Silvia Schujer

La pena es honda y redonda
como una uva
negra como dos ojos
dulce y oscura.

La pena es tímida y frágil
como de pluma
rondando sueño de trenes
y calles-cuna

La pena es una caricia
de tu mirada
cansada de pedir algo y
recibir balas.


En el barrio, por María Cristina Ramos

Unos niños que jugaban
en los trajines del barrio.
Y llevaban tamboriles,
lentos soles, baile en pasos.
Y tenían pocos años,
silbidos en los bolsillos,
camisetas de trabajo.
Y llevaban alto el cielo,
en los ojos,
los zapatos.
Unos chicos que jugaban
y el maestro y los hermanos
y las madres en la orilla,
en la orilla del milagro.
Platillos y redoblantes
y alegría que no calla,
que ser chico era una fiesta,
redoblante,
la metralla,
proyectiles que abren huecos
en la piel de la manzan,
y es la piedra de la noche
matando la madrugada.
Se sabe que hasta la muerte,
avergonzada en los charcos,
cerró los ojos al ver
hombres grises
disparando.
Unos chicos y sus sueños,
chispa y risa, risa y canto.
Petalitos de contento,
grupo lindo, agua de barrio.


Los Auténticos Reyes de la Historia, por Liliana Bodoc

Me voy de carnaval
A murguear, a construir la fiesta.
¿Va a venir a escucharme? Yo soy de los que cantan.
“Vamos rojo al ritmo de la murga”
Me contaron que esto de la murga es viejo como usted.
¡No se me enoje!
Eso me hace feliz porque me da un pasado.
No un día sino muchos
Un pasado, ¿me entiende?
Un barrio como un mundo.
“Todos los domingos siempre voy a estar
Recordando siempre al que ya no está”
Me voy de carnaval, de redoblantes.
Burla para el infierno.
Me voy de mascarada a celebrar que somos los que fuimos.
Después pase un ratito y me saluda.
“Vamos rojo al ritmo de la murga”
Y de repente se rompió la risa.
Se deshizo la gracia.
¿Qué pasa?
¿Por qué duelen los cantos?
¿Quién golpea? ¿Quién corre?
Mi máscara chorrea por la frente.
¿Por qué, si estoy bailando?
Mañana, cuando ya no tenga miedo
Voy a pensar despacio.
Mañana voy a entenderlo todo
Y que ¡Oh, dale oh!
No hay paliza más grande que una fiesta del pueblo.
¡Dale, oh! ¡Dale, oh!
Ellos van a pasar
Y la murga
Va a seguir calle arriba
Dale oh, dale oh
Hasta la vida.

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