EL PAíS › EL ANALISIS DE LOS PERITOS CONCLUYO QUE LA PUERTA DEL BAÑO DE NISMAN SE ENCONTRABA CERRADA

Otro dato hacia la hipótesis del suicidio

De acuerdo con el informe de la inspección ocular al departamento de Nisman, la puerta del baño se encontraba cerrada al momento del disparo. Los peritos llegaron a esa conclusión a partir de las manchas de sangre del piso.

 Por Raúl Kollmann

La foto del expediente mostraba la puerta del baño abierta, pero ya habían pasado los custodios y el médico.

La puerta del baño estaba cerrada al momento del disparo que produjo la muerte de Alberto Nisman. Ese dato constituye un elemento más que alimenta la hipótesis del suicidio y es lo que determinó el primer análisis de las manchas de sangre que se hizo el jueves en el edificio Le Parc. El trabajo fue realizado por criminalistas oficiales y de las partes, que ahora tendrán que ver si se ponen de acuerdo en las conclusiones. Lo que se determinó es que hay un pequeño rastro de sangre al pie de la puerta del baño, en el suelo, y eso indica que si la salpicadura se hubiera producido con la puerta abierta, la sangre habría quedado en la puerta, no en el suelo. Con la puerta cerrada, la acción de un asesino hubiera sido virtualmente imposible: tendría que haber matado a Nisman, luego abierto la puerta, salir del baño y desde afuera arrastrar el cuerpo del fiscal, atrayéndolo hasta obturar la puerta que es como se lo encontró. Semejante movimiento hubiera dejado claros signos de arrastre y, además, no tenía ninguna utilidad para el supuesto homicida. El otro dato que surgió del estudio presencial de los criminalistas en el baño es que las gotas en la canilla de la bacha del baño no corresponden a sangre.

Los peritos oficiales y los criminalistas de parte –Daniel Salcedo en nombre de Arroyo Salgado y Luis Olavarría en representación de Diego Lagomarsino y su abogado, Maximiliano Rusconi– estuvieron más de cinco horas en el baño de Le Parc. Se hicieron pruebas con reactivos, se tomaron medidas y ahora todos van a confluir el 5 de mayo en una reunión de peritos para ver si llegan a conclusiones comunes o si firmarán dictámenes distintos. Como peritos oficiales actuaron el jefe de los médicos legistas de la Policía Federal, Horacio Alfredo Sapag, un balístico, un especialista en manchas de sangre y otros profesionales de la División Homicidios. Como se sabe, en la inspección estuvieron presentes la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado; la madre de Nisman, Sara Garfunkel; la fiscal Viviana Fein y su secretario letrado Bernardo Chirichela. Según coinciden todos los presentes, el clima fue cordial y de cooperación.

El dato más importante fue el de las pequeñas salpicaduras que quedaron en el piso, casi abajo de la puerta de entrada del baño. Los especialistas percibieron que esas manchas indican que la puerta estaba cerrada al momento del disparo, porque de estar un poco abierta, las manchas hubieran quedado en la puerta. En el encuentro del 5 de mayo habrá que ver si todas las partes están de acuerdo con esa conclusión: como es obvio, el dato no se condice con la hipótesis de homicidio que viene sosteniendo Arroyo Salgado.

Si se toma como cierta la conclusión de que la puerta estaba cerrada, un asesino tendría que haber actuado de la siguiente manera.

- Llevó al fiscal amenazado hasta el baño y cerró la puerta. Allí, sin que mediara ninguna pelea ni ninguna resistencia, le disparó ubicando el arma a menos de un centímetro de la cabeza. Ya este cuadro resulta descabellado.

- Tras asesinarlo, al estar la puerta cerrada, debió abrirla y salir del baño. Esto tampoco parece tan fácil, ya que hubiera dejado pisadas en un lugar muy chico y con salpicaduras de sangre en todas partes y en el piso.

- Una vez fuera del baño, tendría que haber atraído el cuerpo del fiscal hacia la puerta, porque justamente así fue encontrado Nisman: su cuerpo impedía abrir la puerta. Esto lo atestiguaron tanto la madre del fiscal, en tres oportunidades, como el custodio Armando Niz en dos oportunidades. Pero ese arrastre hubiera dejado rastros en el piso del baño y, en caso de tomarlo por un brazo o una pierna, también se reflejaría en la forma en la que quedó el cuerpo.

- Por último, ninguno de estos movimientos tiene sentido lógico, el supuesto asesino no tenía ninguna necesidad de matar en el baño ni dejar la puerta cerrada ni el cuerpo de Nisman obturando la salida. Todas serían complicaciones que hubieran dejado rastros muy evidentes.

Por esas razones, la puerta cerrada sería un elemento más que se agrega a la hipótesis del suicida y pone muy en duda la presencia de un asesino.

Una de las claves de las mediciones realizadas el jueves tuvo que ver con la altura del disparo. Hay modelos matemáticos que, en función del tamaño y la dispersión de las salpicaduras, permiten analizar desde que altura cayó la sangre. En principio, por los mediciones, Nisman estaba parado y no arrodillado como sostiene la parte querellante. Los peritos de Arroyo Salgado afirman que el asesino llevó al fiscal al baño, lo obligó a arrodillarse y le disparó. Pero la polémica seguirá en la junta de criminalistas del 5 de mayo y habrá que ver si se ponen de acuerdo.

Por último, para los criminalistas de Arroyo Salgado eran importantes las manchas en la canilla de la bacha, porque –según afirmaron– esas salpicaduras no se correspondían con la posibilidad de que Nisman estuviera parado frente al espejo: son manchas que quedaban demasiado adentro, fuera de ángulo. Una primera prueba con Luminol dio positivo, pero todos los especialistas saben que ese reactivo da falsos positivos, sobre todo en baños y cocinas, donde usan determinados detergentes. Cuando se hizo un testeo con reactivos más precisos, dio indubitablemente negativo dos veces, es decir que no son manchas de sangre. Todo esto también será evaluado el 5 de mayo: hay que tener en cuenta que, según se ve en las fotos y también de acuerdo al texto de la autopsia, Nisman sangró por la boca, lo que puede haber llevado las salpicaduras más cerca del espejo.

El próximo paso técnico de la causa por la muerte de Nisman se dará este lunes con el inicio de la junta médica. Todo presagia un fuerte debate, esencialmente sobre el horario de la muerte. Para los forenses de Arroyo Salgado, Nisman murió el sábado 17 de enero por la tarde-noche, cuando Lagomarsino estaba en el departamento. Para los médicos del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema, la muerte se produjo el domingo 18 a media mañana o al mediodía, cuando Lagomarsino estaba con su familia, lejos de Le Parc.

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