EL PAíS › ANíBAL FERNáNDEZ Y LA FIRMA HOTESUR SALIERON AL CRUCE DE VERSIONES PERIODíSTICAS

“Son armados mediáticos”

En su primera semana como secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández salió al cruce de una información publicada por el diario Clarín, que difundió que el juez Claudio Bonadio investigará a Máximo Kirchner, el hijo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, como parte de la causa que instruye el magistrado por la empresa Hotesur. El texto que ayer dio a conocer Fernández se titula “Cualquier cosa para agraviar a Máximo en la tapa de Clarín”. También hubo un rechazo de la información por parte de la empresa Hotesur.

Según señaló el diario Clarín, el juez Bonadio avanzará en la investigación de un presunto lavado de dinero en Hotesur hacia el hijo de la presidenta Cristina Fernández, Máximo Kirchner. De acuerdo con ese diario, Máximo Kirchner firmó dos documentos como apoderado de la empresa familiar, por lo que el juez apuntaría la investigación hacia él.

El diario señaló, además, que Hotesur comparte domicilio fiscal en Avenida Kirchner 496, Río Gallegos, “con una sociedad de Máximo Kirchner llamada Negocios Inmobiliarios S.A.”. Además, indicó que el empresario José Carlos Amil López declaró en la causa como testigo y sostuvo que vendió la empresa a Néstor Kirchner en 2008 y no tuvo más relación con esa compañía, pese a que en los papeles siguió figurando como apoderado hasta 2011. La publicación de la noticia va en línea con una de las últimas declaraciones de la dirigente opositora Elisa Carrió, quien sostuvo que “los Kirchner convirtieron a sus hijos en delincuentes”.

“Vemos con estupor que hay periodistas que se lanzan al oficio de la investigación judicial y no cuentan con el mínimo rigor profesional para dar cuenta de sus aserciones”, sostuvo Fernández. E hizo foco sobre el autor de la nota: “Cuando (el periodista Nicolás) Wiñazki afirma: ‘Los accionistas registrados ante el Estado por la compañía K están identificados de un modo impreciso: ‘Sucesión Néstor Kirchner’, pretende que la duda en la identificación de los bienes consolide su intención de complicar. En realidad sabe, y lo omite intencionalmente, que las sucesiones son eso, sucesiones”, afirma Aníbal Fernández, quien destaca que “en función de lo expresado, si el juez Bonadio o el fiscal (Carlos) Stornelli estuvieran investigando a los ‘Kirchner’, estarían incurriendo groseramente en el delito de prevaricato, habida cuenta del más ostentoso desconocimiento del principio del juez natural. Los magistrados penales no pueden investigar cualquier cosa que se les ocurra”.

“En otro orden, bastaría con ser perito mercantil para darse cuenta de que los accionistas no pueden confundirse con la sociedad. En ese sentido, quien desconoce el concepto (o retuerce el derecho para lograr el objetivo) es Wiñazki, quien confunde la representación de la sociedad que pertenece al directorio, con la representación de un colectivo de accionistas”, afirma el secretario general de la Presidencia.

“Me pregunto: ¿entenderá Wiñazki que el directorio debe presentar los balances ante la asamblea de accionistas para su aprobación? En la hipótesis de que un accionista apruebe el balance de una sociedad, tal convalidación no lo hace responsable en los términos de las leyes fiscales y societarias. Mutatis mutandi, lo que dice Wiñazki en este párrafo es como si los socios de un club de fútbol resultasen responsables de los hechos, actos u omisiones de la dirigencia. Lógicamente, lo que escribe no tiene andamiaje alguno. Tampoco tienen trascendencia alguna las eventuales irregularidades societarias que señala en su boceto, habida cuenta de que cualquier principiante en la materia debe comprender que las irregularidades que no causan perjuicio a terceros son vicios que concitan una nulidad relativa susceptible de ser subsanadas.”

En la nota, que ilustró con tapas de la colección “Elige tu propia aventura”, de editorial Atlántida, dice Fernández: “Los escritos de Wiñazki y compañía tienen una enorme similitud con uno de los libros que comprábamos a nuestros pibes, pero el guión lo escribe Magnetto”.

En tanto, la empresa Hotesur contestó a la publicación del multimedios con un comunicado que se titula: “La mentira, la difamación y la confusión como campaña diaria”. “La permanente intencionalidad de generar un manto de sospecha en los actos económicos y legales de la familia Kirchner a través de tapas del diario Clarín no es más que la continuidad de este tipo de armados mediáticos y judiciales, que en forma permanente y continua se vienen dando en estos medios de comunicación opositores, plantean una campaña de hostilidad y hostigamiento contra la Presidenta y sus hijos nunca vista en la historia de nuestro país”, sostiene el comunicado, donde señala que Máximo Kirchner representa a la sucesión de Néstor Kirchner en la empresa.

“Intentar presentar algo como ‘modo impreciso’ (sic), según Clarín la actuación judicial de una sucesión, en este caso la de Néstor Kirchner –dice el comunicado– y por ende susceptible de ser sospechoso, no sólo roza lo ridículo, sino también constituye una verdadera falta de respeto, a la inteligencia y sobre todo al derecho.” También indicó que Máximo Kirchner firma los balances como administrador judicial.

“Con respecto a las expresiones vertidas respecto del apoderamiento del señor Amil López por parte de Hotesur SA, conocemos que todos los poderes existentes al momento de nuestra adquisición cesaron”, más allá de “las demoras que pueda haber tenido dicho ex apoderado en comunicarlo a la AFIP.”

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El Hotel Alto Calafate es administrado por la sociedad anónima Hotesur.
 
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