EL MUNDO › EL ABOGADO DE DILMA COMPARO EL PROCESO EN BRASIL CON EL JUICIO A SACCO Y VANZETTI

Un golpe en clave de farsa tragicómica

Los golpistas probablemente contarán con más de los 54 senadores necesarios –sobre un total de 81– para destituir a Rousseff en la votación prevista para mediados de esta semana. Pero antes tendrán que soportar su mirada.

 Por Darío Pignotti

Desde Brasilia

Este lunes cuando Dilma Rousseff se presente ante el Senado, convertido en tribunal donde se le sustancia el impeachment , “ella va a poder mirar a los ojos a los golpistas y ellos, lo digo porque los conozco, creo que no resistirán la mirada” anticipó Lindbergh Farias. El senador del Partido de los Trabajadores habló ayer con periodistas sobre el “clima” político que se espera para este 29 de agosto, el día más aguardado desde el inicio del proceso contra la mandataria separada del cargo, el cual es ocupado interinamente por Michel Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) , agrupación que controla la primera minoría de la Cámara alta.

La alianza del PMDB con el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del ex candidato presidencial Aecio Neves y el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso, junto a otras fuerzas menores probablemente contarán con más de los 54 senadores necesarios –sobre un total de 81– para destituir a Rousseff en la votación prevista para mediados de esta semana.

Si es confirmado como presidente definitivo, Temer embarcará de inmediato hacia China para participar en la cumbre del Grupo de los 20 donde sueña ser fotografiado saludando a Barack Obama, quien a través de varios gestos diplomáticos ha demostrado su complacencia con la degradación institucional brasileña.

Una segura ovación recibirá mañana a Dilma cuando pase, posiblemente junto a Luiz Inácio Lula da Silva, por la avenida principal de Brasilia, el Eje Monumental, donde será ralizado un acto en “defensa de la democracia” convocado por sindicalistas, militantes de agrupaciones de izquierda y campesinos sin tierra. Una barrera metálica de casi un kilómetro de extensión, conocida como “El Muro de Berlín”, fue instalada en esa avenida para impedir choques entre dilmistas y militantes que apoyan el impeachment.

Otro senador petista,Paulo Paím, declaró que el ingreso de Dilma al recinto, “será un momento histórico que mostrará a una presidenta honesta, de coraje ante aquellos que quieren condenarla por delitos que no cometió”. Optimista, Paim sostuvo que todavía hay chances de que el campo democrático sume los votos necesarios para devolver a Dilma a su cargo. Según la ley del impeachment el jefe de Estado procesado garantiza su permanencia en el gobierno si logra uno de los votos del Plenario. Paim y la senadora comunista Vanessa Grazziotin denunciaron ayer la “lamentable” ausencia de congresistas opositores durante la exposición de uno de los testigos de la defensa de Rousseff, el ex ministro de Hacienda Nelson Barbosa.

Sostuvo Grazziotin que los sillones vacíos del PMDB, PSDB, Demócratas y otras fuerzas conservadoras confirman la “farsa” de este proceso, donde los senadores son jueces que deben tomar en cuenta los alegatos de la acusación y la defensa antes de emitir su voto.

No caben dudas de que el proceso contra Rousseff es un “ritual vacío” sostuvo el viernes Gleisi Hoffmann, durante la sesión en la que el presidente del Senado, Renan Calheiros, aliado de Temer, admitió que este juzgamiento se parece bastante a un “hospicio”.

Los ánimos exaltados del viernes no se repitieron ayer cuando el ex ministro Barbosa hizo una exhaustiva demostración de algo que hasta los enemigos de Dilma parecen aceptar en secreto: no hay evidencias de que la mandataria haya violado las leyes de Presupuesto y Responsabilidad Fiscal. Y, agregó, los cargos que se le imputan son irrisorios y si fueran constatados merecerían sanciones administrativas, jamás la destitución.

De allí que el bloque de senadores antidilmistas insista en concluir a la brevedad un juicio en el que se desnudan todas las irregularidades montadas para acabar con el gobierno de una presidenta impopular, que fue votada por 54 millones de ciudadanos en 2014. Sin dudas el impeachment no será el último capítulo de este proceso que el abogado defensor José Eduardo Cardozo continuará ante el Supremo Tribunal Federal, que hasta el momento eludió hacer lugar a las apleaciones sobre temas de fondo y se limitó a responder demandas formales. Y una vez agotada la instancia del Supremo Tribunal lo más probable es que el caso derive en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, vinculada a la Organización de Estados Americanos, cuyo presidente Roberto Caldas ha demostrado preocupación ante la fragilidad institucional brasileña.

Desde que Michel Temer fue abucheado por miles de personas en el estadio Maracaná en la apertura de las Olimpíadas, el 5 de agosto, ante la mirada algo perpleja de algunos líderes extranjeros y cientos de millones de televidentes en decenas de países, su equipo de marketing y el servicio diplomático tomaron conciencia de lo difícil que será construirle un perfil de líder democrático. A pesar del probable botox y el discreto implante capilar con que rejuvenece su apariencia, Temer no goza, y difícilmente gozará, de una buena imagen internacional.

Este Brasil post-democrático, mismo que el golpe sea legalizado, está muy desprestigiado y tiende a perder parte del liderazgo regional, así como el predicamento entre los países emergentes construidos durante los trece años de mandatarios petistas iniciados el primero de enero de 2003, cuando Fidel Castro y Hugo Chávez viajaron a Brasilia para la toma de posesión de Lula.

Ante el riesgo de otro “Maracanazo”, la semana pasada Temer evitó estar en el cierre de los Juegos para escaparle a la rechifla del público y dejó plantado al primer ministro de Japón Jinzo Abe, quien no escondió su enojo. La ausencia de mandatarios latinoamericanos y de países emergentes en el palco oficial del estadio fue un retrato de la orfandad diplomática brasileña actual y mostró el un contraste con lo ocurrido en la final de la Copa del Mundo de 2014, cuando Rousseff recibió Vladimir Putin, tras lo cual encabezó una cumbre conjunta de jefes de Estado de Unasur y el grupo BRICS.

Ayer el líder del bloque de senadores del Partido de la Socialdemocracia, Cassio Cunha Lima, soltó una ironía sobre los productores y camarágofos que están realizando “ese filmete de propaganda internacional del PT”. Cunha Lima, aliado de Neves, no ocultaba su desprecio por el documental de la directora brasileña Anna Muylaert con el uruguayo Cesar Charlone como responsable de fotografía.

Los directores Oliver Stone y Ken Loach, el lingüista Noam Chomsky la actriz Susan Sarandon firmaron la semana pasada un manifiesto de repudio a la destitución de Dilma, similar a otros respaldados por ex candidato presidencial demócrata Bernie Sanders y la central sindical norteamericana AFL-CIO.

Al contrario de los legisladores del bloque destituyente molestos con la filmación del video sobre los últimos días de Dilma como presidenta apartadada del cargo, el senador petista Jorge Vianna destacó ayer la importancia del registro histórico de este proceso “ilegítimo” que el abogado José Eduardo Cardozo comparó con el que sufrieron en Estados Unidos los anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeu Vanzetti, que pese a ser inocentes fueron ejecutados en 1927.

Algunos volantes que convocan a la marcha de mañana en defensa de la democracia frente al Congreso están ilustrados con la foto de la joven prisionera Dilma Rousseff, de 22 años, que en 1970 fue condenada por un tribunal militar.

“No sé lo que se escribirá sobre este impeachment” en 2016 comentó el senador Vianna en el Plenario, quien luego de criticar a la complacencia de la prensa brasileña en el golpe militar de 1964 mencionó que los diarios extranjeros están denunciado la conspiración contra Rousseff. Citó un artículo publicado este sábado por el francés Le Monde donde se sostiene que “si esto no es un golpe de Estado es una farsa tragicómica”.

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Dilma Rousseff, de 22 años, condenada por un tribunal militar.
 
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