EL MUNDO › A UN MES DEL CRUCIAL VOTO POR LA PERMANENCIA BRITANICA EN LA UE LAS ENCUESTAS DAN EMPATE TECNICO

El fantasma del Brexit asusta inversores

La inversión en propiedad comercial ha caído a su nivel más bajo en tres años y la misma estabilidad de la libra esterlina se ha visto afectada por una caída del 3,5 por ciento frente al dólar desde que en febrero se anunció el referendo.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

A un mes del referendo las encuestas dan empate técnico y los inversores abren el paraguas. Las inmobiliarias firman ventas a futuro con una cláusula que estipula la devolución del anticipo si hay Brexit, es decir, si el 23 de junio los británicos votan a favor de abandonar la Unión Europea (UE). La inversión en la propiedad comercial ha caído a su nivel más bajo en tres años y la misma estabilidad de la libra esterlina se ha visto afectada con una caída del 3,5% frente al dólar desde que en febrero se anunció la fecha del referendo.

Los partidarios del “Remain” (permanecer en la UE) han exagerado hasta la catástrofe las consecuencias de un “exit” (salida), pero es cierto que aún antes del voto se sienten las consecuencias. La mera posibilidad de un resultado negativo ha impactado en los números macro que registran una clara desaceleración económica en el primer trimestre que el gobierno de David Cameron atribuyó al referendo.

El ministro de finanzas George Osborne advirtió en la cumbre ministerial del G7 en Tokio que el “shock económico” de una salida tendría un devastador impacto en el precio de propiedad: una caída de entre el 10 y el 18%. “A la larga el país y el pueblo se empobrecerán si el Reino Unido abandona la Unión Europea. Esto afecta el valor de la propiedad. El análisis que hace el Tesoro es que las propiedades caerán un 10% como mínimo y un 18% como máximo”, señaló. En un clima económico global incierto el impacto de estas advertencias en los indecisos - un 20% del electorado - será clave.

Los partidarios del “Brexit” tienen también su lista de catastróficas predicciones para el escenario opuesto, es decir, en caso de que el Reino Unido siga en la UE. La inmigración es el tema central. En un gobierno profundamente dividido por el tema, el líder de los “Brexit”, el ministro de justicia Michael Gove advirtió el viernes que cinco países se integrarían a la UE en 2020 añadiendo más de cinco millones de nuevos inmigrantes al Reino Unido, el equivalente a la población de Escocia. “El problema no es solo la presión que ejercen los ciudadanos de los actuales miembros sobre nuestros servicios. La Unión Europea se ha comprometido a incorporar a cinco países más: Albania, Montenegro, Serbia, Macedonia y Turquía. Estos países se verán inevitablemente atraídos por el Reino Unido”, señaló Gove.

Según los “Brexit” la inmigración europea es responsable del desempleo, los bajos salarios, los problemas en el Servicio Nacional de Salud (NHS) y la escacez de viviendas. Este viernes las cuentas del NHS le dieron una mano a este argumento cuando se informó que hay un déficit equivalente a unos 4 mil millones de dólares. Es el rojo financiero más grande de la historia de este servicio estatal, pero se debe a seis años de austeridad conservadora. En términos de vivienda, el panorama es igualmente negro. La estimación oficial es que el Reino Unido necesita construir 125 mil unidades más por año para satisfacer la actual demanda.

Las acusaciones, acompañadas de todo tipo de números y estadísticas, vuelan en ambas direcciones. Según los Brexit los 172 mil inmigrantes anuales de los otros 27 miembros de la Unión Europea (es decir, sin contar a los cinco que, según Gove, se sumarán en los próximos años) están chupándose todos los recursos del sistema. Según los “Remain” Turquía necesitará décadas para incorporarse a la UE y no hay una fecha para el ingreso de los otros cuatro candidatos. La complejidad de los temas luce por su ausencia. Una caída del precio de la propiedad a raíz de un “Brexit” puede ser una mala noticia para los propietarios, pero una muy buena para la “generation rent” (menores de 35) que no tienen casi ninguna chance de tener casa propia, sobre todo en la capital, Londres.

Más allá de estas polémicas, la realidad es que todo el mundo está cada vez más nervioso con el resultado de la consulta. A fines de abril el mismo Barack Obama no dudó en aprovechar su visita oficial al Reino Unido para apoyar abiertamente la campaña del “Remain” señalando que Estados Unidos tardaría 10 años o más en firmar un acuerdo bilateral con el Reino Unido en caso de un Brexit. Esta semana el primer ministro de Canadá Justine Trudeau se unió a la voz oficial de países tan diversos como China, India, Noruega y Japón al exhortar a los británicos a permanecer en la UE. El riesgo del Brexit está percibido hoy como uno de los dos factres políticos a la vista que pueden desbarrancar una economía global temblequeante: el otro sería la elección este noviembre de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

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Los nacionalistas británicos que simpatizan con el Brexit hoy suman tantas voluntades como sus opositores.
Imagen: AFP
 
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