EL MUNDO › EL BLACK FRIDAY ES LA CAMPANA DE LARGADA PARA PELEAS, ARREBATOS Y TUMULTOS

Una semana de consumismo desenfrenado

Se estima que 135,8 millones de estadounidenses saldrían a la calle entre el Día de Acción de Gracias –el jueves pasado– y este fin de semana. La avidez por conseguir cualquier producto con descuento provocó escenas de lucha libre.

 Por Gustavo Veiga

El Black Friday, o Viernes Negro en español, es una invitación al consumismo desenfrenado. En Estados Unidos, el epicentro de una moda extendida a otros países para vender lo que sea, terminó en peleas a golpes en distintos centros comerciales. Millones de compradores salieron a la búsqueda de electrodomésticos, ropa, celulares y armas para aprovechar rebajas de hasta un 70 por ciento. Pero la avidez por conseguir cualquier producto con descuento, provocó escenas de lucha libre, empujones, arrebatos y tumultos que se volvieron virales en las redes sociales. En un comunicado, la Federación Nacional de Venta al Detalle (NRF, por su sigla en inglés), estimó que 135,8 millones de estadounidenses saldrían a la calle entre el Día de Acción de Gracias –el jueves pasado– y este fin de semana. Miles, como en 2014, adquirieron armas de distinto calibre a precios reducidos. Una prueba de cómo funcionan las pautas de consumo en EE.UU.

El Black Friday, llamado así porque los comerciantes anotan sus pérdidas con tinta roja y las ganancias con tinta negra, esta vez derivó en mucho más que aglomeraciones a las puertas de Wallmart o la cadena comercial Macy’s. La gente entró en tropel a las tiendas, pero también se arrebató televisores de las manos, terminó a las trompadas en un shopping o arrojada al suelo forcejeando por un plasma. La policía tuvo que intervenir, produjo detenciones y en algunos de esos incidentes la ligaron hasta los más chicos. En Twitter, los usuarios subieron videos donde se ven peleas mano a mano o entre varias personas.

Según informó el diario The New York Daily News, dos compradores se tomaron a golpes de puño en el centro comercial St. Matthews de Louisville, Kentucky. En un shopping de la ciudad de Florencia, en el mismo estado, se produjo otro hecho donde un grupo de hombres empezó a pelearse hasta que intervino la policía. Una mujer le arrebató a una pequeña niña negra una caja de las manos y su madre comenzó a defenderla en medio de una avalancha de clientes lanzados a la carrera por un producto.

En estos días, los centros comerciales de Estados Unidos empezaron a alimentar el consumo el Día de Acción de Gracias, que es cuando el presidente de Estados Unidos indulta a un pavo que se salva de transformarse en alimento. El último jueves, Obama indultó a dos: Honest y Abe, como los bautizaron. Esa misma noche comenzaron los incidentes en las tiendas. Las ventas llegaron a 1700 millones. Un 25 por ciento más que en 2014. Y las imágenes que se vieron no fueron demasiado diferentes de las que ocurrieron en años anteriores. La gente ingresó en malón a los hipermercados, saqueó literalmente las góndolas, se precipitó sobre cualquier electrodoméstico y su pulsión por el consumo llegó al extremo de pelearse entre sí.

Hubo descuentos para cada gusto o necesidad. En ropa, teléfonos celulares, electrodomésticos y juguetes, rubros en que llegaron hasta un 70 por ciento menos. También en viajes con rebajas del 10 por ciento. Algunas engañosas, según denuncian las asociaciones de consumidores.

Todavía no hay datos sobre cómo repercutió el último Black Friday en la venta de armas de fuego, un artículo de consumo masivo en Estados Unidos. Pero si se conocen las cifras de noviembre de 2014, cuando el FBI estimó que hubo un récord de compras basado en sus propias estadísticas. El Viernes Negro es uno de los días “de más trabajo” para el FBI por las transacciones con armas, admitió Stephen Fischer, el vocero de la agencia, el año pasado. Se estima que los estadounidenses adquirieron 150 mil armas en ese Black Friday. El organismo federal había procesado casi tres controles de antecedentes penales por segundo, tres veces más que el promedio diario, en 2014. Cada persona que quiera comprar un arma en EE.UU debe someterse a esa fiscalización.

El año pasado el FBI analizó 21 millones de peticiones de verificación de antecedentes y únicamente rechazó la compra de un arma en un 1,1 por ciento de los casos, según sus propios datos. En buena medida queda muy claro porque en Estados Unidos ocurrieron masacres en la escuela secundaria Columbine (1999), en la Universidad Virginia Tech (2007), en el cine Aurora en Colorado o en el colegio primario Sandy Hook en Newtown, Connecticut (ambas en 2012) y donde murieron decenas de niños y jóvenes.

El Black Friday tiene sus detractores en el mundo financiero, aunque parezca curioso. Algunos especialistas como el periodista económico Michael McKenna, sostienen que está en decadencia: “El año pasado las ventas durante el fin de semana cayeron 11 por ciento porque el Black Friday no logró atraer a las multitudes como alguna vez lo hizo”, señaló en un artículo reciente publicado en el sitio Sala de Inversión.com.

El día de ofertas incluso ha sido boicoteado, como sucedió en Ferguson, Missouri, en 2014. En repudio al asesinato del joven negro Michael Brown a manos de la policía, varios manifestantes convocaron por las redes sociales al Blackout Black Friday (Apaga el viernes negro). Se juntaron frente a un centro comercial de Saint Louis, se tiraron al piso y forzaron su cierre temporario en medio de una avalancha de consumo que suele terminar a los golpes y empujones.

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Una compradora se toma un respiro ayer y deja sus bolsas arriba de una valla policial.
Imagen: AFP
 
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