DEPORTES › LAS ELECCIONES A LA PRESIDENCIA DE LA AFA, CON PRONOSTICO RESERVADO

No hay dos proyectos, hay uno solo

Se elige esta semana al presidente de la AFA. Segura y Tinelli pueden diferenciarse por su estilo o su pasado, pero significan lo mismo. Macri, el presidente de la Nación electo, está más cerca del conductor de TV.

 Por Gustavo Veiga

Segura y Tinelli, el próximo jueves uno de los dos será elegido presidente de la AFA.
Imagen: Télam.

No hay dos proyectos para la AFA, ni puede haberlos, cuando Luis Segura y Marcelo Tinelli son más de lo mismo. Acaso los diferencie el estilo o la época que representan. El primero más próximo a Julio Grondona por una cuestión generacional, formado como dirigente en la dictadura donde tuvo la confianza del genocida Carlos Suárez Mason en Argentinos Juniors. El segundo casi 18 años más joven, icono de lo que el filósofo José Pablo Feinmann llama la culocracia, esa cultura nacida en los años 90 y cuyos valores llevados al fútbol están más cerca del marketing y del espectáculo deportivo, que de las vapuleadas asociaciones civiles sin fines de lucro. En los últimos días previos a la votación, los dos candidatos buscaron sumar adhesiones entre los 75 asambleístas que definirán la elección. Un número que no se compadece con los casi 3 mil clubes que existen en nuestra amplia geografía que tienen un insignificante poder de decisión.

Segura eligió la Bombonera para cerrar su campaña y Tinelli el estadio Monumental. Boca apoya al presidente en ejercicio de la AFA y River al conductor televisivo. En el primer caso, es curioso que Daniel Angelici acompañe a Segura cuando Mauricio Macri, su jefe político, ve con más simpatía la candidatura del vicepresidente de San Lorenzo. Sorprende, como que Macri esté más cerca de Rodolfo D’Onofrio, quien en septiembre pasado declaró: “Yo soy de la idea de que en la AFA se necesita poner una bomba, hacerla volar por el aire y empezar de nuevo”.

Más moderado, pero no menos efectista, Tinelli tomó el discurso del próximo presidente argentino: “La gente se ha expresado por un cambio a nivel país y quiere un cambio en el fútbol”. Cambio, cambio, diría un arbolito, pero de qué cambios habla si Segura dice más o menos lo mismo. “Acá hay que transparentar, hacer una AFA más marketinera y profesional, estamos convencidos de que hay que hacerlo”. ¿Quién lo propuso? ¿Tinelli? No, su rival en las urnas. Por eso no hay diferencias en las propuestas, y sí ambiciones personales que buscan manejar el fútbol argentino durante los próximos cuatro años.

¿Por qué el conductor de Bailando por un sueño se obsesionó con la AFA? Si se le concede el beneficio de inventario, podría aceptarse que la respuesta está contenida en sus propias palabras: “Deseo poder llegar a la presidencia, trabajo y trabajé para esto desde hace tiempo porque no me gustaría que me tome por sorpresa. Esto me apasiona, me gusta formar gente joven, no trabajo en forma personalista”, declaró tras el almuerzo en el estadio de River donde lo acompañaron representantes de 87 clubes diferentes, pero apenas 33 que votarán el jueves próximo en el predio de la AFA en Ezeiza. Necesita 38 voluntades para ganar la asamblea. Dice que cuenta con “una amplia mayoría” de entre 47 y 50 dirigentes, pero igual salió a pedir el voto por el interior. El viernes estuvo en Rosario con sus pares de Central y Newell’s.

Segura confía en su estrella pese a que reconoce lo obvio: “El poder mediático de Tinelli es impresionante”. Al lado suyo se había posicionado una parte del arco opositor al kirchnerismo, desde Hugo Moyano a Angelici, pero con el ballottage presidencial definido, la situación cambió. Ahora parecería que prima la empatía de Macri con el vice de San Lorenzo.

A fines de los años 90, el fútbol ya los había unido. Tinelli compró el club Badajoz de España –fue su dueño entre 1998 y 2000– y Boca, que en esa época era presidido por el ingeniero, le cedió varios jugadores como Héctor Bracamonte, Adrián Guillermo, Pedro González, Lucas Gatti y Fernando Ortiz. Incluso se sumó el profesor Fabián Bazán, un preparador físico que se desempeñaba en el fútbol amateur boquense y pasó a trabajar con el plantel profesional del club extremeño.

Tinelli en los hechos y Macri en sus proyectos, también se mostraron cercanos en las sociedades anónimas deportivas. El primero al frente del Badajoz que estuvo a punto de desaparecer casi cinco años después. Descendió a la tercera categoría y hoy juega en un torneo regional.

El presidente electo, allá por el año 2000, hizo circular una carta de intención entre Boca y la multinacional ISL –la misma que les pagó sobornos a los dirigentes de la FIFA– para que esa compañía comercializara la imagen del club. A saber, la publicidad del estadio, los contratos de los sponsors, productos de merchandising, los derechos de TV sobre los partidos y diferentes eventos. ISL, a cambio, se comprometía a pagar 12 millones de dólares por adelantado. El precontrato nunca pasó de la asamblea de representantes, que sólo autorizó a la comisión directiva que encabezaba Macri a seguir negociando con la empresa.

Hasta hoy, hubo una reunión entre Tinelli y el apretado ganador del ballottage, pero no con Segura. La versión de que se instaría a ambos candidatos a formar una lista de unidad corrió por cuenta de quienes interpretan –con razón– que Angelici no puede contradecir a Macri si, como parece, el futuro presidente quiere al ex periodista deportivo al frente de la AFA. El asambleísta que pondrá el voto de Boca en la urna es Oscar Moscariello, un diputado porteño del PRO que a su vez es el actual vicepresidente del club. ¿A quién elegirá finalmente?

Los dirigentes que respaldan a Segura no toleran la idea de que Tinelli pueda manejar la AFA a control remoto. Sostienen que no va casi nunca pese a que es el secretario de Prensa y Comunicación de la asociación desde septiembre de 2014. Tampoco le perdonan que dijera en público que “hay muchos clubes que tienen dirigentes que deberían ir presos”. A algunos indecisos todavía intenta convencerlos de que se sumen a su proyecto. A otros que se alinean con Segura les manda wasaps para que se crucen de vereda. “Sos mi hombre en el Ascenso”, le dijo a uno que pidió mantener su nombre en reserva cuando Página/12 lo consultó.

Entre los asambleístas hay de todo. Víctor Santa María, secretario general del Suterh y candidato a vice de José Beraldi en Boca, votará como presidente de Sportivo Barracas, un club de la Primera D que ascendió a la C. Hugo Moyano no delegó en nadie de Independiente su lugar en la asamblea. Luis Fernando Segura, el hijo de Luis, es voto cantado por Argentinos Juniors. Carlos Ahumada Kurtz, el empresario investigado en México por sus presuntos vínculos con el cartel de la Familia Michoacana, es el propietario de Estudiantes de San Luis, y uno de los doce dirigentes que votarán el 3 de diciembre por la Primera B Nacional.

“En caso de empate en la votación, la misma se decidirá: a) por el voto del presidente o del vicepresidente 1º o 2º, en su caso”, dice el reglamento de la AFA. En cuatro días se sabrá quién gobernará hasta el 25 de octubre de 2019 en esa especie de ministerio de la pelota que recibe más dinero del Estado que la ex Secretaría de Deporte, ahora por ley llamada Indaf (Instituto Nacional del Deporte y la Actividad Física).

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