DEPORTES › ESTUDIANTES VENCIO 2-1 A TIGRE Y SE TREPO A LA PUNTA DEL CLAUSURA

Con poco, pelea en todos lados

A pesar del cansancio y de tener la cabeza en la Copa Libertadores, al equipo de Sabella le alcanzó con un rato de buen juego para sacar ventaja con tantos de Desábato y Sosa. Luego llegó el descuento de Rojo, en contra, y terminó aguantando contra su arquero.

 Por Daniel Guiñazú

Jugó media hora, resistió una hora y al final, pese a todo, ganó. Así fue el recorrido de Estudiantes ante Tigre en la tarde de Victoria. En los 30 minutos iniciales, el equipo de Alejandro Sabella anotó sus goles y marcó las diferencias que hay entre un pretendiente al título y un pasajero de la mitad de la tabla. En los sesenta restantes, se dedicó a defender sin reparos la ventaja. Sus chances de salir campeón están intactas. Pero quedaron dudas más allá del fervor lógico que provocó el triunfo. El técnico y los jugadores de Estudiantes reconocieron que, más que la levantada de Tigre, fue el cansancio acumulado por tantos partidos jugados lo que provocó semejante retroceso y una actuación tan despareja.

Como si fueran dos equipos en uno, el arranque de Estudiantes nada tuvo que ver con el cierre. En aquella media hora inicial, un cabezazo de Desábato tras un corner de Verón desde la derecha y una gran jugada de Sosa con caño incluido a Fontanello, lo adelantaron en la carrera. Pero hubo mucho más que dos goles oportunos. Con Verón retenido y replegado, el manejo seguro y prolijo de la pelota, las subidas de Angeleri, la dinámica de Enzo Pérez y la calidad de Sosa por los costados, la estampa de Braña para afirmarse en el medio, y la solvencia colectiva resultaron demasiado para la voluntad sin rumbo de Tigre.

Estaba Estudiantes tan dominador de la situación, que en el último cuarto de hora del primer tiempo disminuyó la intensidad y la concentración. Creció Tigre entonces. Y después de otro tiro de Luna en el horizontal, Rojo clavó un rechazo de cabeza en su propio arco. El 1-2 acicateó a Tigre a buscar el empate. Y pareció convencerlo a Estudiantes que ya no tenía más nada que ofrecerle al partido. Preso del cansancio, lo único que hizo hasta el final fue meterse en el fondo y durar.

El segundo tiempo fue siempre igual. Tigre propuso un juego físico y avanzó a puro empuje y pelotazo frontal, pero sin poner nunca un hombre mano a mano ante Orión. Caruso Lombardi modificó cuatro veces su esquema y terminó atacando con tres delanteros, sin encontrar jamás la manera de pasar el borde del área grande. Y Estudiantes sólo resistió con los dientes apretados. Sabella mandó mensajes claros al cambiar a Verón y a Enzo Pérez por Matías Sánchez y Federico Fernández, para aguantar con cinco hombres, rechazando la pelota a cualquier parte. Un derechazo de Leandro González dio en un poste, pero fue un hecho aislado. Estudiantes le ganó a Tigre y a su propia fatiga, defendiéndose a brazo partido. Sólo jugó media hora. Demasiado poco para un aspirante a salir campeón.

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Verón saluda a Sosa, que desde el suelo convirtió el segundo gol de Estudiantes. Braña se acerca.
Imagen: DyN
 
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