La única banca que en la Cámara de Diputados de la Nación conserva el Frente Progresista (FP) de Santa Fe no pertenece al socialismo. Luis Contigiani, con pasado en la Federación Agraria, fue secretario de Agricultura del ex gobernador socialista Antonio Bonfatti y ministro de la Producción del actual mandatario provincial, el también socialista Miguel Lifschitz. Ambos lo impulsaron al Congreso, a donde llegó en diciembre pasado y desde el monobloque asumió una dura postura crítica contra el modelo neoliberal “tardío” de Cambiemos y el presidente Mauricio Macri, con una impronta que el socialismo no había asumido hasta ahora con el gobierno nacional. Contigiani también abrió un debate interno en el socialismo santafesino con su planteo de generar “una alternativa nacional al modelo macrista de precarización económica y laboral, primarización del aparato productivo y desempleo”, incluyendo al peronismo.

–Usted fue muy crítico con la reforma previsional acordada con los gobernadores, que aporta financiamiento a las provincias con el dinero que se les quita a las jubilaciones y al sistema social. 

–No está bien. Es una avanzada más del centralismo en detrimento del federalismo, que pone a los gobernadores en una situación extremadamente incómoda: una conversación de gobernabilidad política tiene que ser entre pares y no con un centralismo cada vez más voraz que acapara todos los recursos económicos. Como no creen en el mercado interno y tienen una fuerte alianza con el sector financiero, plantean la agenda del ajuste fiscal y el endeudamiento y el cambio del sistema previsional.

–También se opuso a la reforma tributaria que avalaron los gobernadores. 

–Una reforma tributaria que consiste en rebajar los aportes patronales al sistema social para los sectores concentrados del capital y darle el rol de desarrollo de la Argentina, sin articular con las políticas públicas de desarrollo y crecimiento, es un error. El mundo va a contramano de eso, ajustando, regulando las políticas cambiarias, financieras, de control de capital. Acá queremos desregular todos los vínculos jurídicos y laborales para que el capital tenga total libertad para que nos prometa junto con la inversión externa el desarrollo de la Argentina: eso es una ficción.

–¿Cuál es su postura sobre el mega DNU que anula 19 leyes y modifica otras 140?

–Es inconstitucional porque no hay ninguna necesidad ni urgencia. El Gobierno recurre a los DNU porque no puede afrontar los límites sociales y políticos que le impone la realidad frente al programa económico que profundiza la desigualdad. Pero lo más grueso, además de vulneración del plano constitucional, es la convalidación de algunas cosas que parecían estar en un lugar donde nadie discute: como poner los fondos de la Anses para la timba financiera y discontinuar la línea de reproducción productiva, es gravísimo. El Gobierno no tiene una idea de nación ni nada nuevo que ofrecerle al país. Esto en la Argentina se traduce en precarización económica y laboral, primarización del aparato productivo y desempleo.

–Usted habló de límites a la política del Gobierno, que hasta ahora logró aprobar todas sus reformas. ¿Considera que este DNU puede marcar ese límite unificando a la oposición por el rechazo?

–Creo que hay condiciones objetivas: a partir de la reforma previsional se abrió un escenario nuevo, donde el Gobierno obtuvo un triunfo parlamentario que distó de ser legítimo y democrático. De hecho pagó un gran costo social que se refleja en la fuerte caída de imagen del Gobierno y el Presidente. Por eso, peligrosamente para la democracia, están yendo por el camino de los DNU. Pensemos como pensemos y con las diferencias que tengamos en el mundo de la oposición política y democrática, hay cosas en las que tenemos que unirnos: la defensa de la Constitución, de la República, de la igualdad, de los jubilados, el mercado interno, de un modelo de desarrollo nacional, del trabajo. Hay condiciones para ir juntando masa crítica en temas de alta sensibilidad para los argentinos que están sufriendo, y empezar a poner límites, forzar negociaciones y alternativas al avance del gobierno.  

–¿Cómo vive el contraste entre sus críticas al Gobierno y la defensa que hacen sus ex socios de la UCR en el Frente Progresista?

–Hay una salvedad: la mayoría del radicalismo de Santa Fe no está encolumnado con Cambiemos y está en el Frente Progresista. Conozco a sus dirigentes y tienen miradas muy críticas de lo que sucede en el campo económico y social. En eso Santa Fe es una isla, porque en la mayoría de las provincias apoyan y sustentan este modelo.

–Pero dirigentes como el intendente de la ciudad de Santa Fe, Juan José Corral, entre muchos otros, ha pegado el portazo al FP.

–Fue presidente de la UCR a nivel nacional y asumió una responsabilidad partidaria que tendrá que responder ante la historia y el presente. Pero en Santa Fe representa a un sector minoritario del radicalismo.

–Pero ya han enfrentado al FP a nivel nacional y lo harán con Cambiemos cuando haya que renovar la gobernación santafesina.

–Conociendo el entramado del FP desde adentro considero que la mayoría del radicalismo va a continuar en el Frente y ayudando a ampliar su base sumando a otros sectores sociales y políticos para seguir siendo una alternativa en la provincia, para ponerle límites a este modelo. 

–Esto también abrió un debate aun no resuelto en el socialismo santafesino sobre la posibilidad de incorporar en el FP al menos a un sector del peronismo, ¿lo considera posible?

–Creo que todos los hombres de buena voluntad y honestos y que estén comprometidos con el desarrollo nacional y un modelo económico que parta de un paradigma diferente, es necesario que coincidamos, que podamos tener convergencia. Después se verá el formato y los tiempos políticos. En estos momentos de la Argentina necesitamos encontrar una respuesta y alternativa a este modelo de bancarización financiera, concentración económica, primarización del aparato productivo, achicamiento del espacio público y desigualdad. Que sea transversal, participativo, transparente, que sea un proyecto para todos en la Argentina. 

–¿Pero está de acuerdo con la incorporación del peronismo?

–Estoy de acuerdo, tenemos que dialogar con aquellos sectores del peronismo que puedan mostrar el compromiso con la justicia social y el desarrollo del país, sin duda no pueden quedar afuera. También con sectores del radicalismo, del cooperativismo, de la economía social, organizaciones sociales, otros partidos políticos.