Sea cual fuere la lectura política del conflicto entre el presidente Javier Milei y su par de España, Pedro Sánchez —que no parece desescalar—, el escándalo va en paralelo a un tema que es central para Argentina y que el mandatario argentino parece no estar comprendiendo de la manera en la que lo ven los sectores empresarios españoles. Si Sánchez precisa contrastar con Vox y los libertarios vía Milei, Milei precisa dólares como agua en el desierto, y el choque no hace más que poner a las empresas españolas —que tienen en Argentina inversiones por casi 21.500 millones de dólares el año pasado, un 15 por ciento del total global— en un nivel inédito de cautela y preocupadas por la estabilidad política que afecta a sus negocios.

PáginaI12 recorrió el espinel de varias de esas empresas, con contactos a nivel local y extranjero, y sobre todo con armadores que trabajan gestando encuentros con diferentes gobiernos. La información que surge de esas charlas es que, de cara a una nueva visita de Milei a España el 21 de junio —para recibir un premio de otro think tank libertario, el Instituo Juan de Mariana—, las empresas no quieren “caer en la misma situación de tensión”, porque entienden que “esas visitas no son de Estado”. Pero, sobre todo, la escalada con España genera preocupación por lo que entienden como “un clima de mucha confrontación”, lo que “afecta a los negocios”. A decir verdad, no es nada diferente a lo que dice el Fondo Monetario (FMI) cuando viene al país: ambos advierten que la recesión no puede tener un plus de conflicto todo el tiempo, porque es la base de lo que el establishment llama “falta de seguridad jurídica”.

Fuentes radicadas en España contaron a este diario que ya en la visita que pasó, las empresas habían tomado algunas previsiones. Es que el tema ya venía raro. La reunión con empresas no se gestionó entre Estados, que es lo habitual, sino que las armó “un operador de Milei que viajó en la comitiva oficial”. El embajador Roberto Bosch, que puso su residencia en Madrid, casi no puso los dedos en los llamados para ese mitin. Esa es una de las razones por las cuales a ese encuentro asistieron muchas segundas líneas y directivos de Latinoamérica: los dos gigantes que primero evitaron la reunión fueron Ana Botín, la histórica titular del Banco Santander; Florentino Pérez, el dueño del Real Madrid y accionista mayoritario de Abertis, la empresa que opera las autopistas de AUSOL en Argentina en sociedad con la familia Benetton; y el jefe de Telefónica, José María Álvarez Pallette. Naturgy, la energética que en el país distribuye gas en la zona oeste y norte del Conurbano, llevó a Pedro Larrea Paguaga, el Director General de Redes. 

El supermercado Día mandó al ceo argentino, lo mismo que ocurrió con el BBVA, que llevó a Jorge Azcánaga, el jefe de LATAM. Lo que más llamó la atención en los expertos en estas gestiones internacionales fue el faltazo de Botín, que se reunión con todos los presidentes, desde Cristina Fernández y Mauricio Macri hasta Alberto Fernández.

Lo movida de cautela de los que no fueron al convite quedó expuesta un rato después, cuando tras el cruce con Sánchez, las empresas españolas hicieron un comunicado criticando las maneras y el fondo de Milei. Eso sí lo firmaron los “dueños”, entre ellos. Un empresario que tiene contactos históricos con empresas españolas explicó a este diario que, "muchas veces, para los argentinos es dificil interpretar que en las potencias mundiales suele haber un alineamiento estratégico entre el interés de los Estados y el del sector privado". Ese mismo ceo detalló que "es lo mismo que pasa con Estados Unidos, donde puede haber alguna mínima diferencia, pero que no hace al fondo de la cuestión. Nunca vas a ver una empresa española o estadounidense manifestarse contra su país, y menos en un conflicto como el que dispara Milei". 

De hecho, según supo este diario, el comunicado de las empresas en rechazo a Milei fue consensuado por el gobierno español y las empresas. Además, los ceos ibéricos ya conocían la estrategia de Sánchez de sacar a su embajadora en el país. Este último caso es curioso: la embajadora María Jesús Alonso Jiménez se fue del país "sin equipaje". Salió "lo más rápido que se podía", lo que muestra es que la situación de tensión entre Milei y España es algo más que un choque simple. El diagnóstico del Gobierno, en este escenario, sigue siendo erróneo: una persona de su entorno contó que "una cosa son los ataques personales y otra países". Y citó una anécdota increíble: relató que "esto es como cuando (Francisco, el dictador) Franco era atacado por el Presidente de México, en los años 70. Y un periodista le preguntó por el tema. Franco le contestó que ´mientras me agreda a mi y no a España, no hay problema". El Gobierno de Milei suele trastocar la historia. En 1975, Luis Echeverría, el presidente de México, fue la cabeza de una dialéctica muy fuerte contra Francisco Franco, que tenía como objetivo ser parte de un plan para ayudar a terminar con la dictadura en España. En ese momento, intervino incluso la ONU, porque Franco estaba en un proceso de ejecuciones y fusilamientos de magnitudes. No es lo mismo. 

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