La semana pasada, la multinacional de línea blanca Whirlpool anunció 60 despidos en su planta del Parque Industrial Pilar, en una línea que se había inaugurado en 2023. Esos despidos, que algunos medios atribuyeron a una reestructuración global, son apenas la parte visible del fenómeno que, como un iceberg, tiene una parte aún oculta mucho más grande.

El Parque industrial Pilar está ubicado sobre la Panamericana, es uno de los más antiguos de la provincia y, con 900 hectáreas, es el más grande del país. Alberga a casi 200 empresas de distintos rubros, que abastecen tanto al mercado local como al internacional. “Es el termómetro perfecto de lo que ocurre a nivel industrial y productivo”, señala una fuente vinculada al predio.

“Cuando cambió el ciclo político y económico en 2019, el parque empezó a crecer de nuevo. Durante los años de Ducoté (N de la R: Niolás Ducoté fue electo intendente del distrito por el Pro en 2015 y fue derrotado por Federico Achával en 2019, cuando buscaba su reelección), Vidal y Macri esto era un desierto. Al punto tal que los pibes lo usaban para aprender a manejar y estacionar”, explican. “Y no queremos volver ahí, porque fue catastrófico”.

Sin embargo, aunque reconocen el compromiso del actual gobierno local con la actividad industrial, asumen que “desde el nivel municipal es poco lo que se puede hacer, cuando a nivel nacional sopla un viento en contra tan pronunciado”.

Buenos Aires/12 pudo reconstruir la historia, según la cual los despidos comenzaron a negociarse aproximadamente un mes antes, en una mesa tripartita, que incluía, junto a los representantes de la empresa y el sindicato, a funcionarios del municipio que conduce el justicialista Federico Achaval.

“El planteo original era por el triple de despidos”, revela alguien que participó de ese proceso. “No podemos hablar de éxito, porque sería una falta de respeto para esas 60 familias, pero al menos logramos preservar otros 120 empleos”, agrega. La preocupación, que surge casi de inmediato, es “por cuánto tiempo”, si el nivel de actividad no mejora.

“Los comercios minoristas no venden, porque la gente no tiene dinero por la devaluación, que no fue acompañada por los salarios. Como las expectativas son malas, tampoco quieren endeudarse. Entonces los stocks de los depósitos no bajan. ¿Para qué producir, entonces?”.

Dos modelos

La línea blanca (heladeras, freezers, cocinas, termotanques), es junto con las bicicletas y las motos de baja cilindrada, y los bienes durables en general, uno de los primeros rubros en crecer cuando mejora la distribución del ingreso. Lo que se vive actualmente, es la contracara exacta de ese fenómeno.

La línea que paró fue inaugurada en septiembre de 2022, en tiempos de Alberto Fernández presidente y Sergio Massa ministro de Economía, con una inversión superior a los 50 millones de dólares. 

Ese fue el primer año de la postpandemia, en el que varios mercados iniciaron una recuperación, tras los cuatro años de macrismo y dos de coronavirus. Un año después, Whirlpool inició el segundo turno de producción, que significó entonces otros 160 empleos formales nuevos.

El dato es central, porque refuta versiones periodísticas según las cuales los problemas de Whirlpool “venían de antes” y la crisis de ingresos generada por el gobierno de Javier Milei “fue el último clavo del ataúd” y ese sería apenas un factor local, en combinación con la decisión de una reestructuración global por parte del directorio de la multinacional.

El director de la filial argentina de Whirlpool, Juan Carlos Puente, explicó que la medida es parte de un “proceso de descentralización de las operaciones" y que "desde la devaluación de diciembre, cayó significativamente la demanda de línea blanca. Por eso, estamos yendo de dos a un turno en Pilar. Sorprendió el tamaño y lo prolongado del decrecimiento, nos preparamos para un panorama y la realidad fue otra en el primer cuatrimestre”, añadió.

“Teníamos problemas, claro, pero el nivel de actividad no era uno de ellos”, explica la fuente del Parque Industrial. “Había dificultades para acceder a los dólares e importar insumos, pero esto estaba en constante movimiento”, señala el directivo del parque industrial.

Al respecto, Elio Del Re, titular de la Asociación de Industrias Metalúrgicas de la República Argenitna (ADIMRA), dejó en claro que, de aprobarse el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), incluido en la ley de bases, las cosas sólo pueden empeorar para el sector. "Si eso sale sin modificaciones, estarán en peligro más de 20 mil empresas y 300 mil puestos de trabajo distribuidos en todo el país”, alertó.

De hecho, las importaciones ya comenzaron, aunque no se haya sancionado el RIGI: hace poco más de una semana, el gobierno nacional anunció la baja de los aranceles de importación para la línea blanca, del 12 por ciento vigente a tan sólo 6 puntos, lo que implica una amenaza adicional para la ya golpeada actividad local.

La reducción incluye además otros rubros, como cubiertas para automotores, herbicidas y una serie de derivados del plástico, que van de juguetes a envases y afectarán a buena parte del aparato industrial.

Caída libre

El panorama oscuro no es exclusivo de la industria de línea blanca. Según un informe difundido por el exsecretario de Industria, José Ignacio De Mendiguren, la producción automotriz cayó en abril 21 puntos respecto de abril de 2023, las ventas 32,9 y las exportaciones 33,6 en el mismo período. 

El número coincide con la baja interanual de la industria en general, comparando el primer trimestre de 2024 contra igual período de 2023: 21 por ciento. Bastante peor, exactamente el doble, está la construcción. La misma comparación da un resultado de -42.

Los números rojos, comunes a casi toda la economía, empezaron a generar ruido al interior de la UIA. Allí, la posición pública oficial es de silencio, a instancias de Techint, el grupo comdo por Paolo Rocca, que cogobierna junto a La Libertad Avanza. 

Pero las bases reclaman, de manera cada vez más visible y sonora, un replanteo de ese alineamiento, antes de que se consume el daño que para ellos significaría el RIGI. Si bien son las pymes las que atraviesan una situación más delicada,  la crisis llegó a empresas como  el gigante alimenticio Arcor, que mientras invierte en una nueva filial en Dubai para colocar allí sus productos, ve desplomarse sus ventas en Argentina.

El gobierno busca su primer indicador de inflación mensual de un dígito. Lo que omite en su narrativa es el costo, en términos de actividad, inversión, consumo y empleo de ese "logro".

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