"Estamos cumpliendo 40 años de democracia y este documental es muy importante porque es memoria. Memoria que tenemos que cuidar en estos momentos tan preocupantes que estamos viviendo, donde se está ensuciando a la democracia que tanto nos costó conseguir. Hemos perdido una elección, pero no nos han vencido. Tenemos que seguir más unidos que nunca". Parada a un costado de la pantalla, la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida sintetizó el valor de la pieza audiovisual que estaba a punto de reproducirse en el primer piso de Piedras 153: "Memorias de una Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora", un documental dirigido por Claudio "Pipo" De Sautu sobre la vida y la lucha de Taty que representa, como ella misma se encargará de recordar, la de todas sus compañeras que desde hace décadas exigen Memoria, Verdad y Justicia.

Fue el estreno de la película, una función especial para el fuero íntimo, con un público reducido y cercano, entre quienes destacaban personalidades como el ministro de Educación, Jaime Perczyk, y el titular de la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Amor. En primera fila, dos pañuelos blancos representaban a las Madres: el de Taty y el de Clara Weinstein. Familiares y amigos desbordaban el microcine improvisado en la Casa de las Madres, que recientemente fue declarada sitio de interés cultural por la Legislatura porteña.

Narrado a partir de entrevistas a Taty y a sus hijos Jorge y Fabiana, el documental recupera distintos momentos de su vida. Su infancia en el seno de una familia militar, su paso por la escuela pública, su trabajo como docente, el nacimiento de sus tres hijos, el casamiento y divorcio de Jorge Almeida. Y también los últimos años de Alejandro, el hijo del medio que no llegó a cenar aquel 17 de junio de 1975. Desde allí, la búsqueda, los contactos desesperados con cualquiera que pudiera dar pistas sobre su paradero, desde los propios familiares con vínculos en las Fuerzas Armadas, hasta las consultas con curas y videntes. En el relato desgarrador de Jorge, por ejemplo, está la evidencia de la insensibilidad de los genocidas cuando Ramón Camps, que era cercano a la familia, aprovechó la situación para intentar recabar información sobre los compañeros de militancia de su hermano. "Ahí es cuando me doy cuenta. Son estos. Estos se lo llevaron", recuerda emocionado.

Pero también hay lugar para la esperanza, a partir del encuentro con las Madres de Plaza de Mayo. Como Taty recuerda, allí encontrará el acompañamiento y la organización para encarar la lucha, para enfrentar al poder de la dictadura, para reclamarle al Estado la aparición de los 30 mil. En ese devenir están mencionados, además, los gobiernos democráticos que se sucedieron en estos 40 años de democracia, el juicio a las Juntas y las leyes de Obediencia de Vida y Punto Final durante la presidencia de Raúl Alfonsín; su derogación y la reapertura de las causas durante los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.

La idea nació de una nota periodística en el marco de la pandemia que nunca se concretó, a partir de la cual De Sautu indagó en la historia de Taty y recopiló una gran cantidad de documentación sobre su vida. Material al que luego agregaría las entrevistas, en un proceso que requirió largas jornadas de trabajo, capital propio para solventar la producción y la colaboración del realizador Rodolfo Durán, entre otros. "Una vez Lito Cruz me dijo que no filmara si no tenía nada que decir. Y cuando la encontré a Taty realmente descubrí que tenía algo de qué hablar. Si bien participamos desde hace años en las marchas de las Madres, muchos nos dimos cuenta que estamos vivos gracias a ellas. Ellas derrocaron a los militares", reflexionó el director en diálogo con Página/12. "Esto es un homenaje y una deuda que tenemos con ellas", aseguró.

Es el primer documental de autor que realiza De Sautu en su carrera de más de 70 producciones. "Tengo horas de material, como para hacer una miniserie de Taty, pero quise hacer algo que penetre. Hay cosas que no puse en la película y no le quise hacer decir a ella tampoco. Entré en lugares muy dolorosos a los que no volvería. Pero logramos capturar la esencia, las respuestas están ahí", dijo.

La película de 50 minutos fue también un estreno para la protagonista, que solo había tenido indicios de la producción a través de los guiones que el director le enviaba cada tanto. "Me parece perfecto que estas cosas se hagan en vida. Porque no es un homenaje solo para mí, sino para todas las Madres", dijo Taty a este diario. Tras esta primera función, la histórica referente se ilusiona con realizar una nueva proyección en un lugar más amplio con "mucha gente que me quiere y a la que quiero".

El documental llega en un momento difícil para las organizaciones de derechos humanos, a pocos días de que asuma un gobierno que lleva como vicepresidenta a una defensora de los genocidas y como presidente a un referente de la ultraderecha que recita de memoria a Emilio Massera. "Nosotros no sembramos odio como esta gente. Seguimos firmes con la resistencia legal, que ya se está armando", dijo Taty. Las próximas semanas serán clave, y las entidades que integran la mesa de organismos de derechos humanos están en alerta ante los primeros movimientos del nuevo Gobierno que asumirá el 10 de diciembre.

La sensación de que habrá que volver a dar la discusión sobre temas que parecían saldados en la historia reciente del país sobrevolaba en los comentarios de todos los presentes. Así lo entendió Fabiana, la hija de Taty, quien tras la proyección aseguró que este documental "es muy importante para los tiempos que vienen, para que las chicas y los chicos puedan saber lo que pasó y no olvidarlo".

Informe: Diego Castro Romero.