Central festejó con suspenso una clasificación que debió a haber celebrado en el tiempo reglamentario. Sin embargo, entre los errores propios en la definición y el agónico empate que logró Racing en el descuento, llevaron a resolver el pasaje en los penales. Y allí, otra vez, la Academia padeció en la serie y el festejo fue todo rosarino, con Jorge Broun como héroe al tapar dos remates.

La lluvia le puso dramatismo a un partido que comenzó con ritmo frenético, con Racing manejando la pelota y dejando a Juanfer Quintero como armador y con Central listo para contragolpear con la pegada de Malcorra y la velocidad de Campaz. Por esa vía, los dos tuvieron sus ocasiones para abrir el marcador, pero Arias le tapó el remate a Malcorra y Broun salvó ante un disparo de Quintero. 

De a poco, el colombiano de Racing se fue haciendo eje de su equipo y de sus pies nacieron tres chances para Hauche, que no pudo someter a Broun. Pero cuando peor lo pasaba, Central encontró la apertura gracias a un error de cálculo de Arias. Malcorra ejecutó un tiro libre al segundo palo, donde el arquero fallo su puñetazo y golpeó a Mallo. Llamado por el VAR, Rapallini pitó el penal que Campaz no perdonó con un zurdazo pegado al palo izquierdo del guardavallas. Así, Racing que había sido más, que manejó más la pelota y que contó con las mejores ocasiones, se fue al descanso con las manos vacías.

Si Central tenía clara su estrategia con el duelo empatado, con el resultado a favor afianzó conceptos: se afirmó con los centrales y Broun, controló los tiempos con Malcorra y aprovechó espacios con Campaz. Y ante un Racing que empezaba a desesperarse, encontró el segundo gol. De una falta al colombiano, Malcorra volvió a centrear en busca de la cabeza de Mallo, que devolvió al medio donde apareció el exBoca Sandez para definir ante Arias y salir a festejar con el Topo Gigio romanístico en un gesto elocuente en un día muy especial para el club que es dueño de su pase.

Desesperado por el resultado, Grazzini apostó por tirar todo lo que tenía al campo, con los ingresos de Roger, Vecchio, Romero y Almendra. Y si bien desde el juego ya no parecía haber respuestas y el desbalance del equipo era notorio, una combinación entre Vecchio y Martínez terminó con una gambeta del colombiano ante Broun y un descuento que le puso suspenso al final. Central, vía Campaz, tuvo muchísimas chances de liquidarlo, pero una mano de Quiñones en la última jugada le dio la chance del empate a Quintero, pero no lo desaprovechó.

Sin embargo, en los penales, otra vez a Racing le faltó precisión y Arias mostró que este tipo de definición no es lo suyo. Entonces, Central festejó lo que debía haber celebrado en los 90 minutos antes de verse las caras con River en la semifinal.