El año pasado, Duran Duran entró al Salón de la Fama del Rock and Roll. Y, como es usual en la ceremonia de ingreso, la banda debía tocar algunos temas. Pero había un inconveniente menor: sus integrantes llevaban algún tiempo sin pararse juntos sobre un escenario. "Entonces necesitábamos hacer uno o dos shows antes, así que agendamos un par en Las Vegas", recuerda vía Zoom el baterista Roger Taylor. "Y como era cerca de Halloween, decidimos crear una lista de temas única para esas fechas. Y muy rápidamente armamos una lista de canciones que nos habían influido en nuestros primeros tiempos; probablemente las canciones más oscuras que nos habían influido. Hicimos el show y fue una noche tan buena que quisimos continuar esa experiencia. Y eventualmente eso se transformó en un disco, un disco nuevo".

Ese nuevo disco se llama Danse Macabre, y acaba de llegar a bateas y plataformas. Simon Le Bon (voz), Nick Rhodes (teclados), John Taylor (bajo) y Roger Taylor (batería) dan a conocer algunas canciones originales flamantes, pero el núcleo del disco está en las versiones de temas de autores tan diferentes como The Specials, los Rolling Stones, Billie Eilish, Talking Heads, Rick James, Siouxie and the Banshees y Talking Heads. "Todas tenían una onda medio oscura, porque queríamos que este disco fuera una suerte de homenaje al lado oscuro de Duran Duran, si se quiere", continúa Taylor. "Si escuchás cualquier disco de Duran Duran, definitivamente hay un costado oscuro en las canciones. Los primeros discos tenían cosas como 'New Religion', 'Night Boat', 'To the Shore'... Así que siempre tuvimos este costado más oscuro. Y este álbum fue medio enfocarnos en ese aspecto de la banda. Simplemente avanzamos con las canciones que era muy oscuras, que eran parte de nuestra historia, canciones que escuchábamos y que habían sido realmente influyentes".

-¿Cómo se logra armar un disco consistente con canciones de diferentes autores de distintas eras, además de las propias?

-Creo recordar que estábamos sentados en un avión, yendo a hacer un show en alguna parte, teníamos que decidir la lista de temas para el show de Halloween, y literalmente en cinco minutos teníamos un borrador. Fue muy rápido porque todos venimos del mismo background musical y vivimos el mismo período de tiempo. Todos pasamos por el punk, la música disco, la primera electrónica tipo Kraftwerk, así que atravesamos el mismo camino. Entonces, cuando se trató de elegir las canciones, fue muy fácil ponernos de acuerdo. Todos habíamos visto a Siouxie and the Banshees en los comienzos de su carrera, así que esa ("Spellbound") fue una de las primeras que anotamos. Recordábamos el disfrute de haberlos visto, ese momento increíble de nuestras vidas, entonces fue fácil decidir algo así.

-Pero en la lista también están los Rolling Stones con "Paint It Black" y Billie Eilish con "Bury a Friend"…

-Sí, todos somos muy fans de los Stones y siempre hemos amado esta canción en particular. Es hermosamente melódica. Otra vez, tiene una letra muy oscura, pero es una canción pop, así que es una maravillosa pieza musical. Lo de Billie Eilish creo que vino por Simon, que es muy fan. Es cool tener también algo contemporáneo.

Además de las versiones, el álbum trae algunas piezas que sólo podrían surgir de Duran Duran, como "Danse Macabre", "Confessions in the Afterlife" y la contagiosa "Black Moonlight". En esa canción se cruzan las guitarras de Andy Taylor (integrante original de la banda, que tras la reunión en 2002 volvió a irse en 2006) y del enorme Nile Rodgers, productor de hitazos como "The Reflex" y "The Wild Boys" (además de fundador de Chic y colaborador de David Bowie, Madonna y Daft Punk, entre muchos otros). "Creo nos dimos cuenta de que teníamos un disco cuando Nile apareció en escena", recuerda el baterista. "Creo que escribimos un par de canciones esa semana, en un lapso muy breve de tiempo. Salieron muy rápido, lo cual es muy inusual para nosotros. Por lo general, hacer discos nos toma meses, sino años. Salió todo tan rápido que pensamos que podíamos hacer un disco realmente cool".

-Alguna vez dijiste de Nile Rodgers era una suerte de “hermano mayor” de Duran Duran. ¿Cómo puede ser que ese tipo, después de toda la música maravillosa que hizo, todavía salga con un riff como el de “Black Moonlight”?

-Es increíble, sí, tiene una energía impresionante. Él estaba en Hawai y se tomó un avión a Los Angeles, pasó la noche ahí y viajó a Londres, se bajó del avión, fue directo al estudio y ¡boom! salió con este riff. Y en una hora teníamos la canción. Esa es la clase de energía que tiene este tipo. Y su compromiso es impresionante. Cuando nos sentamos con él, nos dijo que había estado trabajando con muchos artistas nuevos, más jóvenes, y que por lo general iban para adelante con lo primero que se les ocurría, que eso era la canción. Y nosotros pensamos “guau, ok, hagamos eso”. No hacíamos algo así desde los primeros tiempos, desde Rio, y nos pareció una gran idea. Y así lo hicimos.

-Dijiste que quisieron mostrar el costado más oscuro de la banda, pero “Black Moonlight” es Duran Duran marca registrada…

-Bueno, eso fue todo un desafío, realmente, porque es muy difícil componer una canción oscura que sea uptempo y que funcione en la pista de baile. Creo que la letra es oscura pero la música es algo que podés bailar y divertirte. Pero Halloween tiene que más que ver con la fiesta que con vivir el lado oscuro de la vida. “Black Moonlight” le suma a eso. En realidad, uno de los pocos que puedo recordar que se las arregló para sacar una canción uptempo que tiene el terror y la oscuridad en ella probablemente sea Michael Jackson (con "Thriller"). Probablemente sea la última persona que lo logró. Y es bastante complicado, es toda una proeza.

-¿Y cómo se logra?

-Creo que está en la progresión de los acordes y sobre todo en las partes de teclados. El sonido de los teclados y la progresión es lo que las lleva a Halloween y al lado más oscuro.

-¿Cómo fue la experiencia de volver a trabajar con Andy?

-Él tocó en varias de las canciones del disco. Grabó él mismo sus partes en su estudio en Ibiza, por eso también tiene crédito como ingeniero de grabación. Nosotros estábamos muy entusiasmados por tocar de nuevo con Andy para el Salón de la Fama del Rock and Roll. Como se sabe, desafortunadamente eso no sucedió (el guitarrista tiene un cáncer de próstata incurable), pero nos enteramos literalmente a último momento. Entonces pensamos que lo mejor que podíamos hacer a continuación era tenerlo en este disco. Le preguntamos y nos respondió que le encantaría, así que tuvimos una reunión de un modo levemente diferente, pero igualmente muy copado. Y por supuesto, también tenemos a Warren (Cuccurullo, quien fue guitarrista de la banda entre 1986 y 2001) .

-¿Él también toca en muchas canciones?

-Sí, sí. Esa también fue una reunión muy cool… Es muy copado porque yo siempre me siento y toco “Come Undone” y “Ordinary World” cada noche, canciones en las que Warren obviamente tuvo mucho que ver. Y ahora finalmente pude tocar con él en algo original.

-No tenías mucha experiencia tocando con él, ¿no?

-No, no, había tocado en un par de canciones de Thank You, que era el disco de covers anterior, pero en realidad nunca había tocado con Warren en una canción nueva, así que eso fue muy copado.

-Ustedes ya tocaron varias de las canciones del disco en los shows, pero, ¿cuántas van a poder incluir en las listas? Porque a esta altura tienen un montón de clásicos.

-No lo sé, ni siquiera lo hemos pensado. Supongo que tocaremos al menos dos o tres en los próximos shows que hagamos. Pero, como dijiste, tenemos un enorme catálogo de música…

-Hablando de shows, su última visita a la Argentina fue para Lollapalooza 2017. ¿Van a volver con esta gira?

-No lo sé. Acabamos de terminar una gran gira por Estados Unidos, que tuvo mucha aceptación, pero no estoy seguro de cuáles serán nuestros próximos pasos. Ahora vamos a tomarnos un tiempo libre. ¿Quién sabe? Pero amamos a la Argentina. Todos nuestros shows allí fueron increíbles. Siempre decimos que el público argentino es realmente nuestro favorito, porque se hace oír y sabe la letra de todas las canciones. Todo el mundo canta… Definitivamente, es nuestro lugar favorito para tocar.

Trayectoria

De "poster boys" a leyendas vivientes

Nada grita tanto "ochentas" como Duran Duran. Es que su aparición coincidió con el comienzo de la década y su estética marcó el tono del pop mainstream, amplificado hasta el paroxismo por sus videoclips para una flamante MTV sedienta de material. Esos cinco muchachos ingleses tenían el aspecto ideal para estar en los pósters de una generación y moderaban (apenas) el look de los new romantics con un toque de clasisimo. Pero todo eso no hubiese alcanzado sin la música, claro. Desde su primer disco epónimo, de 1981, las cartas estuvieron sobre la mesa: canciones como "Planet Earth" y "Girls on Film" los mostraban cruzando el incipiente synth pop con guitarras infecciosas.

El impacto se multiplicó con la publicación de Rio (1982), que tardó en explotar en Estados Unidos pero con el video de "Hungry Like the Wolf" desató la "duranmanía". En pleno éxito, otro bombazo: Seven and the Ragged Tigger (1983), con hits como "New Moon on Monday" y "The Reflex". El disco en vivo Arena (1984) fue el último con la formación original completa: al año siguiente, John y Andy Taylor armaron Power Station, mientras que Simon Le Bon y Nick Rhodes hicieron Arcadia. Hubo tiempo para que los cinco sacaran "A View to Kill", single para una película de James Bond, pero tras la actuación en Live Aid hubo que esperar casi dos décadas para volver a verlos juntos.

Roger Taylor se fue a vivir en el campo, Andy se peleó con el resto y apenas apareció por el estudio: reducido a trío, el grupo grabó Notorious (1986), con Warren Cuccurullo como guitarrista y Nile Rodgers como productor. El disco tuvo éxito, pero la marea ya estaba en baja. Big Thing (1988) traía hits como "I Don't Want your Love" y cierto vuelco al house. Liberty (1990) pasó casi inadvertido, pero el segundo disco epónimo (conocido como The Wedding Album, de 1992) volvió a hacer que Duran Duran se codeara con el éxito: traía dos hitazos como "Ordinary World" y "Come Undone". Fue el álbum que los trajo por primera vez a la Argentina. El disco de versiones Thank You (1995), Medazzaland (1997) y Pop Trash (2000) acentuaron la idea de que Duran Duran era parte del pasado, aunque conservara una gran base de fans en todo el mundo.

La reunión del quinteto original llegó a fines de 2001 y durante tres años Duran Duran se dedicó a agotar entradas en todo el mundo. Astronaut (2004) los mantuvo vigentes y los trajo de nuevo a Buenos Aires. Dos años más tarde, Andy Taylor volvió a dejar la banda, que regresó a la Argentina para tocar en un extraño evento futbolístico en Mar del Plata. Red Carpet Massacre (2007), All You Need Is Now (2010), Paper Gods (2015) y Future Past (2019) sostuvieron el estatus de leyendas vivientes de los integrantes del grupo. Lejos de la "duranmanía", pero con una solidez artística que les permite incluso nuevas aventuras.