Cinco ciudadanos estadounidenses y dos iraníes que estaban presos en Irán llegaron este lunes a Qatar para ser liberados, a cambio de que el gobierno de EE.UU. desbloqueara 6.000 millones de dólares del Estado iraní, bloqueados en Corea del Sur. Además, Washington otorgará clemencia a cinco iraníes, dos encarcelados por delitos menores y tres pendientes de juicio.

Entre los cinco liberados en Qatar están Siamak Namazi --preso desde 2015 y condenado a 10 años de cárcel por espionaje--; Emad Shargi, sentenciado por supuestamente espiar; y Morad Tahbaz con 10 años de condena por mantener contactos con el Gobierno de EE.UU. La identidad de los otros dos estadounidenses no se ha hecho pública, mientras que los dos iraníes también liberados en Doha son Mehrdad Moin Ansari y Reza Sarhangpour.

Imágenes de TV mostraron el aterrizaje del avión en Doha donde desembarcaron los norteamericanos Namazi, Shargi y Tahbaz, que se fundieron en un abrazo con el embajador estadounidense en Catar, Timmy T. Davis (se trata de iraníes con doble nacionalidad). 

También liberaron fondos

La concreción del acuerdo se produjo recién cuando se depositaron los 6.000 millones de dólares de fondos pertenecientes a Irán en seis cuentas en dos bancos de Qatar. La mediación de Qatar y Omán ha sido esencial durante este proceso de negociación, que llegó a su fin tras ocho rondas de conversaciones indirectas durante los últimos dos años. EE.UU. aseguró que Irán no tendrá acceso "directo" a esos miles de millones de dólares, que solo podrán ser usados con fines "estrictamente humanitarios". 

Dos de los ciudadanos iraníes liberados por Estados Unidos, Mehrdad Moin Ansari y Reza Sarhangpour, volverán a Teherán. Otros días emigrarán a EE.UU. y el otro a un tercer país que no se dio a conocer.

Horas antes del anuncio de la liberación de los presos, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, partió este lunes a Nueva York para intervenir ante la Asamblea de la ONU. Irán ha sido acusado de usar a presos con doble nacionalidad y extranjeros como medida de presión, o para el intercambio de prisioneros con otros Estados, una práctica calificada de “diplomacia de los rehenes” por otros países y organizaciones de derechos humanos.

Nada cambia de fondo

Después de la liberación de los presos, EE.UU. anunció de inmediato este lunes nuevas sanciones contra Irán, que incluyen al expresidente Mahmud Ahmadineyad y al Ministerio de Inteligencia militar del país. El Departamento del Tesoro informó que las sanciones contra el expresidente están motivadas por haber brindado apoyo material al Ministerio iraní de Inteligencia y Seguridad (MOIS).

El Departamento de Estado sancionó al MOIS por ser responsable o cómplice de haber participado, directa o indirectamente, en la toma de estadounidenses como rehenes o "en la detención injusta de un ciudadano estadounidense en el extranjero". El MOIS había sido sancionado como responsable de la comisión de abusos a los derechos humanos contra el pueblo iraní, así como por brindar apoyo a Hezbolá, Hamás y Al Qaeda y a la dirección General de Inteligencia de Siria.

Durante el mandato de Ahmadineyad, que fue presidente de Irán de 2005 a 2013, el MOIS estuvo involucrado en la detención de varios ciudadanos estadounidenses, incluido el ex agente especial de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) Robert "Bob" Levinson, así como de tres excursionistas estadounidenses. Si bien los tres excursionistas fueron liberados después de años de detención, Levinson sigue desaparecido y se presume que ha fallecido, recuerda el comunicado.

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, apuntó que las sanciones "están relacionadas con la detención injusta de ciudadanos estadounidenses en Irán". Las sanciones buscan "enviar una fuerte señal a Teherán" de que seguirán responsabilizándolo por sus acciones y por sus "comportamientos desestabilizadores" de la región del Golfo, apuntó Kirby. Y añadió que este acuerdo entre Irán y EE.UU., "tristemente" no supone un acercamiento entre los dos países, que rompieron relaciones tras la revolución islámica iraní de 1979 y la toma de rehenes de la embajada estadounidense.

Las primeras declaraciones

“Como rehén, me robaron 2.898 días de lo que deberían haber sido los mejores días de mi vida y los suplantaron con tormento", dijo al aterrizar en Doha, Siamak Namazi, uno de los cinco ciudadanos estadounidenses liberados por Irán. En un comunicado publicado por su abogado, Namazi, encarcelado en la prisión iraní de Evin desde 2015, ofreció un sentido agradecimiento a todas las personas que se implicaron para que fuera liberado junto a otros cuatro compañeros, acusados de espionaje. Namazi aseguró que ha "estado soñando con este día" durante los últimos ocho años, pero lamentó que aun así siente "un doloroso y profundo sentimiento de culpa por respirar en libertad mientras tantas personas valientes (...) continúan languideciendo detrás de esas paredes".
"Están detenidos por exigir la dignidad y la libertad a las que todo ser humano tiene inherentemente derecho; por informar sobre la verdad; por adorar a su Dios; por ser mujer", denunció. En este sentido, recordó que Ahmedreza Djalali, un médico iraní-sueco, lleva casi ocho años en el corredor de la muerte por "cargos falsos", así como los ambientalistas Niloufar Bayani, Sepideh Kashani, Houman Jokar, Taher Ghadirian, Amirhossein Khaleghi y Sam Rajabi, o incluso Sepehr Ziaei, encarcelado por pertenecer a la minoría religiosa bahaí.

La mirada del politólogo

En declaraciones a Página/12 desde Doha, el politólogo Luciano Zaccara --doctor en Estudios Árabes e Islámicos-- dijo que "Qatar jugó, y espera seguir jugando, un papel muy importante mediando entre EE.UU. e Irán, y entre EE.UU. y Venezuela. Irán ha hecho este tipo de intercambios muchas veces, pero la inclusión de la liberación de fondos le agrega al país capacidad negociadora, algo que le criticaron a Joe Biden, que en realidad cancela de hecho la política de 'presión máxima' que Trump había implementado".