El 18% de los nacimientos en América Latina y el Caribe, aproximadamente, corresponden a madres menores de 20 años y se estima que, cada año, alrededor de 1 millón y medio de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz. La región expone la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes en el mundo. “Y a pesar de las fronteras, los prejuicios que recaen sobre estas adolescentes son los mismos”, advierte “Adolescentes madres: historias sin fronteras. Una campaña latinoamericana”, encabezada por organizaciones de Latinoamérica y el Caribe para visibilizar esa realidad y terminar con la estigmatización que recae sobre las adolescentes que son madres. 

“Lo que siente una adolescente que es mamá no tiene fronteras. Discriminación, bullying, violencia, aislamiento, prejuicios”, explican jóvenes de Fundación Kaleidos, de Argentina; de Fundación Juanfe, desde Colombia; Voces Vitales, de Panamá; SoyMás, de Chile, y TANI, en Perú. De los países que participaron en la campaña, Colombia expone las cifras más altas: en 2022 hubo 97.265 nacimientos de hijxs de madres adolescentes, y el 164% de los nacimientos registrados correspondió a una franja de entre 15 y 19 años. Según los números del relevamiento, le sigue la Argentina, con registros de 2020, año en el que nacieron 53.260 hijxs de niñas y adolescentes. En promedio, 146 nacimientos por día. Del total, 1.293 nacimientos corresponden a madres adolescentes menores de 15 años. 

“Algunos de los impactos que tienen la discriminación y el estigma en adolescentes madres son: el aumento del estrés, la disminución de la autoestima, la limitación de oportunidades y el aislamiento social”, detalla la campaña, y propone “6 cosas que podemos hacer para acompañar a adolescentes mamás”, resumidas en la no culpabilización ni los prejuicios, crear espacios de cuidado infantil, fomentar herramientas para identificar situaciones de violencia de género, garantizar el acceso a métodos anticonceptivos, generar redes de acompañamiento integrales y trabajar el desarrollo de habilidades interpersonales. “Las consecuencias de maternar en la adolescencia son múltiples, y están relacionadas con mayores niveles de desigualdad durante toda la vida”, concluye el informe. “Y aunque es evidente que la prevención es el primer paso para abordar esta problemática, resulta clave pensar qué pasa con aquellas adolescentes que ya se convirtieron en madres.”