Desde Santa Fe

El Tribunal Oral de Santa Fe condenó ayer a siete años de prisión a un ex agente secreto del Ejército, Julio Adelaido Ramos -que en democracia se recicló como diputado provincial del Partido Justicialista- por la “privación ilegítima de la libertad agravada” y “tormentos agravados” a su ex compañero de militancia en la JP Luis Felipe Solé, quien lo reconoció en un centro clandestino de detención, en 1977. Solé era perseguido político de la dictadura y Ramos operaba como Personal Civil de Inteligencia (PCI) en el Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe. En su alegato, el fiscal Martín Suárez Faisal le pidió una condena a nueve años de prisión por los mismos cargos, que sea “efectiva” y la cumpla en un “establecimiento carcelario”. El Tribunal –integrado por los jueces Luciano Lauría, José María Escobar Cello y Germán Sutter Schneider- lo sentenció a siete años de prisión, pero no dijo nada sobre el lugar, por lo que se deduce que el ex legislador seguirá en prisión domiciliaria, en su casa. Los fundamentos del veredicto se conocerán el 21 de abril.

Ramos es el tercer PCI del Ejército condenado por delitos de lesa humanidad en Santa Fe. En abril de 2010, el mismo Tribunal condenó a Horacio Américo Barcos a 11 años de prisión por “privación ilegal de la libertad” y “tormentos agravados” y unificó la pena en 15 años con una sentencia anterior. Y en setiembre de 2012, condenó a Juan José Luis Gil a cinco años de prisión por “amenazas y coacciones agravadas” a víctimas del terrorismo de estado.

La sentencia la leyó ayer al mediodía el juez Lauría, quien presidió el debate. Antes, Ramos tuvo la posibilidad de decir sus “últimas palabras”. Y una hora después, el Tribunal lo declaró culpable y lo condenó a siete años de prisión por el secuestro y torturas a Solé, quien lo identificó en un centro clandestino donde él estaba secuestrado, en 1977. Era “una de las tantas ‘casitas’ de torturas en los alrededores de la ciudad de Santa Fe que aún no se han podido localizar”, dijo el fiscal.

El Tribunal ordenó también que se realice el “cómputo legal” del tiempo de prisión preventiva que ya cumplió Ramos y notifique “a las víctimas”, en este caso a Solé, de cualquier cambio en la ejecución de la condena.

Ramos fue detenido en julio de 2018, pero a los cinco días el juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez le dictó la falta de mérito y lo dejó en libertad. Antes, el fiscal Suárez Faisal había solicitado cuatro veces la detención: en octubre de 2016, en febrero y diciembre de 2017 y la última, en junio de 2018. Recién un año después y por orden de la Cámara Federal de Rosario que revocó la falta de mérito, Ramos fue detenido por segunda vez, en julio de 2019.

El abril de 2020, el Tribunal de Santa Fe le rechazó la prisión domiciliaria, pero en agosto, la Cámara de Casación Penal (Sala 2) anuló ese fallo y el último día hábil del año: el 30 de diciembre de 2020, el Tribunal de Santa Fe se la concedió. Desde entonces, está libertad condicional en su casa.

Una de las pruebas del juicio que mencionó el fiscal en su alegato es el legajo militar de Ramos. “No caben dudas que fue formalmente PCI entre 1976 y 1977”, sostuvo Suárez Faisal. “Pero digo ‘formalmente’, porque existen otras pruebas de que el imputado, aprovechándose de su militancia política en el peronismo, colaboró con los servicios de inteligencia mucho tiempo antes a ser nombrado PCI y después de renunciar a ese cargo”.

Y recordó que en mayo de 1976, antes de ser designado PCI, “Ramos fue detenido y alojado en la comisaría 11ª a disposición del Area 212 del Ejército. El 31 de mayo, recuperó su libertad por orden del capitán Alberto Maneiro, que era uno de los jefes del Destacamento de Inteligencia Militar 122”.

“En 1977, no obstante su renuncia como PCI, Ramos siguió colaborando con el Destacamento de Inteligencia 122 como confidente”, reveló el fiscal. La prueba es un documento que aportó la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe en el juicio: un informe de la Dirección de Informaciones que se conserva en el Archivo Provincial de la Memoria que lo señala como “confidente” del Ejército. “Y debajo hay una anotación manuscrita que dice: “SIE 27/5/80”. “SIE es la sigla del Servicio de Inteligencia del Ejército y la fecha: 27 de mayo de 1980”, explicó Suárez Faisal.

“Tan mal no le fue a Ramos”, advirtió el fiscal. “Comenzó como militante peronista de base y se dio cuenta que para no ser encarcelado o desaparecido, como les pasó a los hermanos Solé (Felipe estuvo preso y su hermano Alberto sigue desaparecido) debía dedicarse a traicionar a su viejos compañeros de militancia. No sólo entregar información al Ejército, sino además trabajar formalmente para la Inteligencia militar”.

“Y digo que tan mal no le fue”, insistió el fiscal. “Porque este agente secreto del Ejército también se recicló en democracia” como diputado provincial del Partido Justicialista (1987 y 1991) y luego concejal en la ciudad de Vera (1993-1997 y 2005-2009), entre otros cargos políticos, concluyó.