La Justicia confirmó la restricción perimetral por la cual Fabián Tablado, el femicida de Carolina Aló, tiene prohibido acercarse  a menos de 300 kilómetros del padre de su víctima, por lo que, entre otras cosas, no podrá volver a vivir en la casa de sus padres, en Tigre, donde en 1996 asesinó de 113 puñaladas a la joven.

La resolución de la Cámara en lo Civil y Comercial de San Isidro sobrevino luego de que fracasara el intento de Tablado de radicarse en San Clemente del Tuyú, una decisión que fue repudiada por la comunidad costera y sus autoridades.

Tablado, que ahora tiene 46 años, lleva una tobillera electrónica que monitorea sus movimientos para controlar la perimetral y se encuentra en Cañada de Gómez, Santa Fe, por lo que la Justicia lo intimó a responder si ese será su sitio de residencia permanente o si es sólo provisorio. 

El fallo de la Sala I de la Cámara, integrada por los jueces Analía Inés Sánchez y Hugo Llobera, es la respuesta a la apelación que la defensa de Tablado realizó cuando el Juzgado de Familia 5 de Tigre le rechazó la posibilidad de acotar a 500 metros y a solo 30 días el rango y el plazo de la perimetral que le impide acercarse a Edgardo Aló, padre de Carolina.

En su apelación, Tablado sostenía que “jamás perturbó, amenazó ni intimidó al denunciante (Aló) y que hace más de 30 años que no posee ningún tipo de vínculo” con él. Además, planteó que la perimetral de 300 kilómetros “viola los derechos humanitarios que contempla la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales, toda vez que se funda en la mera denuncia de Aló que tiene como único objetivo que éste no pueda rehacer su vida”.

Por su parte, Aló, a través de su abogado, Ignacio Iúdica, planteó que desde que salió de prisión Tablado “no tuvo intenciones de actuar de buena fe”. Por eso, señaló, terminó condenado por dos hechos de “desobediencia”, al violar en 2020 las perimetrales que tenía con él y con sus propias hijas mellizas.

Por ello, Aló pidió que se mantenga la perimetral de 300 kilómetros. “Para preservar el derecho de las víctimas, evitando que tengan que sufrir actos que generen una nueva afectación de su integridad”, detalló.

La resolución de los camaristas Analía Inés Sánchez y Hugo Llobera recordó que este caso fue catalogado como de “alto riesgo” y que en este tipo de causas “basta la sospecha del maltrato, ante la evidencia física o psíquica que presente la víctima y la verosimilitud de la denuncia que se formule, para que el juez pueda ordenar medidas que, en su esencia, son verdaderas cautelares”.

“Por lo tanto, en virtud de todo lo expresado entiendo que corresponde confirmar la resolución apelada, con costas al apelante en su condición de vencido”, señaló la jueza Sánchez en su voto, al que adhirió Llobera.

De esta manera, se mantiene la perimetral de 300 kilómetros y por 12 meses que a principios de este mes la jueza Mónica Urbancic de Baxter, a cargo interinamente del Juzgado de Familia 5 de Tigre, le había impuesto a Tablado en función del domicilio real en San Fernando y el laboral en Tigre de Aló padre.

Una salida en libertad rodeada de polémica

Desde su última salida de prisión –en diciembre de 2021 cuando terminó de cumplir un año de cárcel por violar perimetrales-, Tablado se había ido a vivir a Bell Ville, en Córdoba, a la casa de una nueva novia.

El 29 de julio los vecinos de esa casa denunciaron a Tablado tras escuchar una discusión que el femicida tenía con su ahora expareja, una denuncia que derivó en la llegada de la Policía al domicilio, la expulsión del denunciado del hogar, el dictado de una restricción perimetral y su mudanza a un hotel. Luego, la joven no instó ninguna denuncia penal por violencia de género.

Rota esa nueva relación, Tablado informó al juzgado su intención de mudarse a una casa que su familia tiene en San Clemente del Tuyú, en el Partido de la Costa. Sin embargo, tras las marchas de repudio realizadas luego de conocida su intención de mudarse y de que el Concejo Deliberante lo declarara “persona no grata”, Tablado desistió de radicarse allí.

Hace unos días, Tablado se instaló en un apart hotel de Cañada de Gómez, en Santa Fe, desde donde volvió a pedir que se le permita vivir en la casa de la calle Albarellos al 300, de Tigre, donde el 27 de mayo de 1996 asesinó de 113 puñaladas a Carolina Aló, que tenía 17 años.