El estudio de ADN realizado al cuerpo mutilado hallado hace una semana a la vera de la ruta 11, en el trayecto que une las localidades bonaerenses de Miramar y Mar del Sud, determinó que pertenece a un bebé de un año y cuatro meses que falleció en un accidente doméstico en la ciudad de Mar del Plata, según informaron fuentes extraoficiales. El peritaje permitió descartar la sospecha de homicidio; reafirmó la otra hipótesis en que venía trabajando la fiscalía (el robo del cadáver), y abrió nuevos interrogantes acerca del derrotero del cuerpo y los motivos de la mutilación. 

Un vocero de la Fiscalía General explicó a este diario que “la fiscal Ana Caro –a cargo de la causa– dispuso que no autoriza a dar información a los medios, debido que está en un proceso clave de la investigación”, y remarcó que la difusión “hasta podría perjudicar la causa”. “Sólo puedo confirmar que se trata de un varón”, aclaró el funcionario.

A pesar de la advertencia, fuentes cercanas a la investigación filtraron ayer la información que circuló por las redes sociales, los medios digitales y la televisión durante todo el día.

Según estos datos, a través del cotejo de ADN, los forenses pudieron establecer que el cuerpo que apareció sin pies, sin manos, sin dientes ni órganos, el 21 de marzo pasado, a metros del arroyo La Totora, era de un bebé, varón, que había fallecido atragantado el 10 de marzo último en el Hospital Materno Infantil, a donde fue trasladado desde su casa del barrio de El Boquerón, cercana a la localidad de Batán.

La identificación del bebé permitió a los investigadores llegar hasta la tumba en el cementerio marplatense donde debería estar enterrado el cadáver, la cual constataron que no fue profanada. Según los mismos informantes, durante el día de hoy realizarían la apertura del ataúd.

Desde el hallazgo de los restos óseos, la fiscal Caro manejó distintas hipótesis y una de ellas apuntaba a la profanación de una tumba, a un ritual satánico, una venganza mafiosa o un caso de tráfico de órganos, esto último desestimado por especialistas en ablación.

Los peritos de la Policía Científica que analizaron el cuerpo en el lugar donde se halló y que posteriormente realizaron la autopsia estimaron que el cadáver estuvo refrigerado o sometido a un intenso frío durante un período largo, ya que observaron rastros en la piel y en la fauna cadavérica distintos a los que se pueden ver habitualmente cuando los restos son abandonados a la intemperie después de producida la muerte.

En cualquier caso, el resultado del cotejo desecha el homicidio y reconduce la investigación, que deberá encontrar respuestas a varias incógnitas: qué sucedió con el cuerpo tras su fallecimiento, para qué fue utilizado, y quién o quiénes fueron los responsables de las mutilaciones y de arrojar los restos al borde de la ruta 11.

El cuerpo en descomposición fue encontrado por un hombre de 45 años que el martes de la semana pasada recorría en bicicleta el trayecto desde Miramar hacia Mar del Sud, por la ruta 11. A 20 metros del arroyo, al costado del camino, el hombre vio a unos perros olfateando algo que parecía un cadáver, se acercó, confirmó su sospecha, y luego denunció el hallazgo en la comisaria de Mar del Sud.