El conflicto empezó por la enajenación de un inmueble. Siguió con la disputa por la cooptación de decenas de federaciones deportivas. Ahora está por judicializarse y se transformó en una tormenta política. De un lado se ubica la Confederación Argentina de Deportes (CAD). Una institución que en 2021 cumplirá su centenario. Identificada históricamente con el peronismo. Del otro aparece la Confederación Federal de Deportes de Argentina (Condepa). Una organización nueva, que apenas supera el año de vida. Que es tributaria de aquella y la fundaron dirigentes sumariados por la CAD a la que pertenecían. Se los acusa de administración infiel. Entre ellos hay un funcionario de alto rango de la Secretaría de Deporte: José García Maañón. El gobierno nacional que integra no se quedó de brazos cruzados. Por medio de la Inspección General de Justicia (IGJ) avanzó sobre la CAD. Lo hizo posible una denuncia de la Confederación Argentina de Patín que se pasó a la Condepa. El Comité Olímpico Argentino (COA) no es un observador neutral en esta disputa. Compartía la sede con la CAD que se quedó sin edificio propio por todo este entuerto. El problema va para largo y sobrevolará los Juegos Olímpicos de la Juventud que comenzarán el 6 de octubre en Buenos Aires.

Rodolfo Paverini es el presidente de la CAD. Fue elegido el 12 de abril de 2017 por una lista única. Representa a 138 disciplinas. La Condepa que encabeza Juan Antonio Gutiérrez a 64. A esta última se sumaron confederaciones o federaciones importantes como las de voley (que también preside Gutiérrez), atletismo, boxeo, handbol, hockey, yachting y esgrima. Ambas se nutren de disciplinas menores o de constitución reciente. Muchas son casi desconocidas. Como la Federación Argentina de Porrismo y Animación en la CAD o la Asociación Argentina de Footgolf en la Condepa. 

La representatividad de la organización que conduce Paverini es insoslayable. Se fundó el 19 de septiembre de 1921. Perón la ubicó en un lugar de privilegio durante sus dos primeros gobiernos que perdió en dictaduras cívico-militares. La autodenominada revolución libertadora la intervino en el 55. Convivió como pudo con el Comité Olímpico. Compartió sede, siglas (CAD-COA), pero nunca recibió los mismos beneficios. Víctor Lupo, ex subsecretario de Deporte en los años 90, recuerda: “Perón decía: ‘sólo haré lo que me diga la CAD’. Después de la muerte de Fernando Aren, un dirigente histórico del softbol que presidía la Confederación, el Comité Olímpico logró que la CAD se vaya de su sede en Juncal 1662”. 

Cuando vendió su parte en esa casona de Barrio Norte, empezaron los problemas en la organización que preside hoy Paverini. Su comisión directiva acusa a la anterior (2010-2013) por administración infiel en la operación en que se desprendió de aquel edificio y la posterior inversión inmobiliaria que realizó para reemplazarlo que culminó sin éxito. Reclama que aparezcan una serie de cheques. El 31 de agosto de 2017 la CAD les abrió un sumario a los dirigentes que terminaron en la Condepa. Ocho también integran el COA. Entre ellos está García Maañón, su vicepresidente segundo y director nacional de Deportes Federados en la administración de Carlos Mac Allister. Es un directivo histórico de la Federación Argentina de Karate. 

En el sumario de la CAD se lee que varios dirigentes fueron suspendidos por cinco años para desempeñar cargos en la organización. Son Carlos Speroni, Víctor Sergio Groupiere, Gabriel Fabián Salvia, Horacio Héctor Monteira, Raúl Nazareno Sabbatini, Héctor Alberto Limardo, Jorge Daniel Renosto, José García Maañón, Juan Carlos Trigo, Oscar Rafael Ortiz, Diego Guzmán, Carlos Alberto Marino, Juan Carlos Pena y Hernán Gonzalo Casamiquela. Todos serán denunciados en Tribunales después de la feria judicial de invierno, le contó Paverini a PáginaI12. Uno de los involucrados, el ex secretario general de la CAD Sabbatini, es consejero del COA y representante del bádminton. Atendió la llamada de este diario pero declinó responder: “Yo por ahora no voy a emitir opinión”, afirmó.

Se los responsabiliza centralmente de vender la parte que le correspondía a la CAD en Juncal 1662 para adquirir después una propiedad en la avenida Triunvirato 5720 de la CABA. Esta operación no se concretó porque se declaró su nulidad. Se decidió reemplazarla por otra en Boulevard Lacroze 471, de Villa Ballester, partido de San Martín. Pero tampoco se pudo materializar la posesión. Del sumario se desprende que había un “gravamen hipotecario de dólares estadounidenses ochenta y cinco mil (U$S 85.000) que se omitió de informar al conjunto de las entidades afiliadas, como así también la deuda de impuestos municipales”. La Confederación entonces se quedó sin sede y hoy tiene que alquilar oficinas en el centro porteño, en Tucumán 326. 

Su Tribunal de Disciplina que juzgó los hechos concluyó que la conducta de los dirigentes sumariados perseguía “un fin específico que sería perjudicial a los intereses de la Confederación Argentina de Deportes, toda vez que promoverían un intento de vaciamiento institucional con el objeto de desalentar las presentes actuaciones, provocando un estado delicado para el sostenimiento económico de la CAD, que de no mediar una razonable administración por parte del consejo directivo electo, produciría el quebranto de la misma”.

La tesorería de la Confederación no quebró, pero sí se rompió su conducción. El 12 de abril del año pasado asumía Paverini en la CAD. Un día antes la Condepa quedaba formalizada en el Cristal Palace Hotel, con la presencia de 52 federaciones deportivas y organismos provinciales. En una entrevista que daba al sitio La licuadora deportiva, Gutiérrez, su primer presidente decía: “buscamos capacitar, generar espacios para trabajar con el Comité Olímpico Argentino, la Secretaría de Deportes y el ENARD. Somos una entidad que sin ningún tipo de aspecto político-partidario, trabajará para el deporte ya que queremos que se valorice también desde otros puntos de vista como generar empleos”.

La Condepa se autodefine como “una asociación civil que agrupa a federaciones deportivas de todo el país, tanto olímpicas y no olímpicas, a deportes convencionales y adaptados, a niños y adultos mayores”. Paverini reivindica para la CAD la representatividad de todos los sectores: “de los deportes en general, olímpicos y no olímpicos, paraolímpicos, universitarios, de los trasplantados, el laboral y hasta el de las escuelas”.

La histórica Confederación va más allá de la denuncia judicial que realizará en agosto contra sus ex dirigentes. En las próximas horas difundirá un comunicado donde sostiene que continuará “con las demandas contra el Estado Nacional para el cumplimiento de la Ley del Deporte y el pago de la Asignación Universal por Hijo en el Deporte”. Este último reclamo representa la suma exorbitante de 35 mil millones de pesos según el presidente de la CAD.

A la demanda pecuniaria se agrega una sospecha que alarma a Paverini. Se trata de una eventual intervención de la IGJ para “acordar con nuevas autoridades funcionales a los intereses del Estado Nacional la modificación de la ley del deporte para introducir las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en la legislación nacional y el encubrimiento de las denuncias que se interpondrán en la Justicia”. 

En palabras de Claudio Morresi, el ex secretario de Deporte de Néstor y Cristina Kirchner “el accionar de muchas áreas del gobierno de Macri demuestra la degradación institucional que estamos viviendo. La no puesta en funcionamiento de las leyes de deporte 27.201 y 27.202, las constantes denuncias contra funcionarios de la Secretaria de Deportes por actos de corrupción y la bochornosa actuación de la IGJ intentando intervenir la Confederación de Deportes, son hechos claros y concretos de que nos gobierna el peor equipo de la era democrática”.

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