Queridos compañeros y compañeras:

Desde la cárcel de Ezeiza y sin demasiadas pretensiones quiero hacerles llegar un puñado de reflexiones a cien días de estar secuestrado por la estrategia imperial dominante, denominada Plan Cóndor II.

Recientemente irrumpió en la vida política de nuestro país el flamante embajador de los Estados Unidos Edward Prado, afirmando que: “va a colaborar en las causas AMIA-IRÁN-NISMAN” y en el papel que debe desempeñar la justicia argentina. Poniendo en evidencia una clara estrategia de intervención en los poderes del Estado Nacional.

El primer Plan Cóndor dejó un millón de muertos desde el sur del Río Bravo hasta la Patagonia, la conculcación de casi todas nuestras democracias y la imposición por la vía del terror de un modelo económico, político, social y cultural de muerte denominado por el magisterio de la iglesia (Concilio Vaticano II-Medellín y Puebla) como enemigas de la humanidad, refiriéndose así al “Neoliberalismo Conservador”.

La Cumbre de las Américas del 1998 y 2001, solo encontró un voto en contra de la alianza de libre mercado para las américas (ALCA), esa posición fue en el 2001 la del Comandante Chávez. La Cumbre de las Américas realizada el 4 de noviembre de año 2005 en Mar del Plata, encontró la sintonía entre varios jefes de Estado de América Latina, que junto a los movimientos políticos y sociales con la consigna STOP BUSH, fueron el piso más alto de la reacción de los pueblos latinoamericanos al último intento de los gringos en nuestra economía y como contraparte el más alto grado de unidad alcanzada por los pueblos del continente desde la época de los padres fundadores.

Una economía pujante, el alza de varios comóditis, el barril de petróleo a un valor de 100 dólares, la unidad Venezuela-Irán en la OPEP y el derrame de la renta petrolera contribuyeron a ese momento de características excepcionales. Posterior a este momento cumbre de organización del Pueblo en América Latina, se lograron y profundizaron un conjunto de procesos políticos de inclusión social y conquista de derechos que significaron una amenaza para la vieja y renovada estrategia imperial en América Latina.

El derrocamiento de Zelaya, Lugo, Rousseff y la derrota de Daniel Scioli trancaron circunstancialmente las posibilidades de profundizar esos procesos integradores y emancipatorios.

Por eso caracterizo que esta vez la “Taba” está en el aire, si cae suerte estaremos ante una nueva oportunidad histórica, si cae “culo”: el águila imperial volverá a desgarrar el muy lastimado lomo de los trabajadores latinoamericanos.

Sin dejar de nutrirnos en Cooke, Jauretche, Ramos, Scallabrini Ortiz, Hernández Arregui, Yrigoyen y Perón, debemos no obstante abrir las alas y sobrevolar un mundo que se torna inviable, peligroso, amenazante, de “peligros que no tienen retorno”.

El capitalismo neoliberal conservador en su crisis terminal alienta el avance brutal de las corporaciones, buscando la eliminación total y definitiva de los Estado-Nación.

El neoliberalismo, como todos los peligros que afectan la paz y el desastre climático son temas que los nacionalistas populares, democráticos y revolucionarios debemos debatir, para construir junto con aliados, espacios de reflexión e interacción política que alumbren el nuevo tiempo para un mundo viable, democrático, igualitario donde la fraternidad y el amor sean capaces de derrotar para  todos los tiempos el egoísmo, la violencia y las formas de acumulación del neoliberalismo conservador. Donald Trump vuelve al proteccionismo de mercado norteamericano y alienta la ruptura del G5+1, volviendo a los oxidados esquemas de la Guerra Fría, dejando sin salida a un mundo que ya no es viable económica, social y ambientalmente.

Por eso nosotros debemos juntar a todos los protagonistas del glorioso NO al ALCA, junto con Jeremy Corbyn, Jean-Luc Mélenchon, Bernie Sanders, Naomi Klein, el Papa Francisco, la Revolución Islámica y su ámbito de influencia, más China y Rusia para avanzar hacia una estrategia de integración mundial, sustentable y que genere la condiciones para la supervivencia de la especie humana y la emancipación de los Pueblos.

Toda crisis es oportunidad, y ésta lo es para repensarnos como movimiento Nacional, volando alto y con generosidad, llevando adelante un gran jubileo entre todos los compañeros y compañeras  que compartimos las rutas estos últimos 20 años. Estamos frente a la posibilidad de darnos un enorme abrazo  detrás de consignas que recrean el sueño común de los argentinos: LA PATRIA NO SE VENDE, LA DIGNIDAD NO SE NEGOCIA.

Creo también que extraordinarios compañeros y compañeras como Cristina Fernández de Kirchner; Alberto Rodriguez Saá; Felipe Solá; Verónica Magario; Agustín Rossi; Hugo Moyano, Hugo Yasky, entre otros y otras, cumplen en este tiempo un papel fundamental a la hora de buscar nuevas formas organizativas y de resistencia, que aseguren la unidad y el triunfo en el 2019.

Estoy dispuesto a tenderle una mano a viejos adversarios, a restaurar todas las heridas y ampliar todos los horizontes. No descarto incluso, profundizar con las izquierdas que vienen desarrollando políticas que tienen menos que ver con los dogmas y las consignas, y han dado muestras de organización en sectores muy importantes de la clase trabajadora.

Así, me despido de ustedes desde el Módulo 1, Pabellón “i”  de la Cárcel de Ezeiza.

Hasta la Victoria Siempre!!

Patria o Muerte!!

Venceremos y Volveremos!!